“Quisimos adornar más hoy, el próximo año vamos a hacer algo parecido, o más bonito”, dice Rosaura, de la familia Rubio Bailón, mientras cuida a los menores que juegan y acompañan la tumba de su esposo en el panteón de San Lorenzo Tezonco, en la alcaldía Iztapalapa.
Cada año, familias enteras visitan este camposanto entre el 1 y 2 de noviembre para mantener viva la tradición mexicana de honrar a sus seres queridos.
Las tumbas están decoradas con flores de cempasúchil, globos, comida y música, las tumbas se llenan de color y alegría, convirtiéndose en espacios donde el recuerdo y la convivencia se entrelazan para celebrar la vida de quienes ya partieron.
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Rosaura comenta que este es el segundo año que acuden a colocar una ofrenda para su difunto marido, por lo que compraron flores y cruces, además de limpiar un poco el espacio a su llegada.
“Le ponemos flores aquí, y también en la casa le hicimos un altar grande, con todo lo que le gustaba”, relata.
Explica que pagan mantenimiento una vez al año para tener limpio su espacio y consideró que el servicio es bueno.
“De hecho, las tumbas que se ven abandonadas y destruidas es porque las dejan así”, agrega.
Gabriela Gómez, de la familia Romero Gómez, acudió al panteón para rendir homenaje a su hijo Carlos Félix Romero; desde hace seis años contrata un dueto de música para que interpreten sus canciones favoritas como Amor Eterno, Un puño de tierra y Cielo rojo.

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Entre flores de cempasúchil, claveles, globos y toda la familia reunida, recuerdan a Carlos mientras platican frente a la tumba; sin embargo, Gabriela expresa su preocupación, ya que el próximo año se cumplirán los siete años que estipula el panteón para retirar restos y entregar las cenizas.
“Pagamos a tiempo el mantenimiento y no nos parece justo que nos quiten nuestro espacio”, señala y añade que deberán estar pendientes para recoger las cenizas, pues el cuerpo sería cremado sin previo aviso.
Hilda, de la familia Camacho, comenta que visitan su espacio en el panteón desde hace más de 25 años, donde descansan sus abuelas, su primo y su sobrino.
Con flores, música ranchera, frituras y risas, se sientan a recordar los momentos que compartieron con ellos; su padre, Julio Camacho, es quien se encarga de organizar, reunir a la familia y decorar la ofrenda.
Denuncian la falta de limpieza en algunas zonas del lugar, detallando que en algunos pasillos se encuentran basura acumulada, perros con hambre y hierba sin cortar.
“Hay basura acumulada, el pasto crece sin control y hay hoyos que no se ven. Si no te fijas, te puedes caer”, se quejan.
Por su parte, Marta Martínez acude cada año para recordar a su sobrino y a su esposo, fallecidos hace cinco años, además de visitar a su hija y a su nieta; les lleva flores de cempasúchil, tacos de bistec, cacahuates, pan de muerto, figuras de San José, veladoras y refrescos.
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“Nos quedamos aquí para recordar con amor y cariño, es lo mejor que podemos hacer”, externa.
Expresa su preocupación por el deterioro de las tumbas cercanas, pues muchas se ven olvidadas.
“Las ofrendas son un recordatorio del amor que les tenemos”
Atizapán de Zaragoza, Méx.— Desde la entrada del panteón San Francisco de Asís el olor del cempasúchil pudo ser percibido por los asistentes que acudieron este 2 de noviembre a decorar la tumba de sus seres queridos durante la celebración del Día de Muertos.
Decenas de familias llegaron con cubetas, escobas, flores, ofrendas y platillos que alguna vez disfrutaron sus familiares en vida para hacerles compañía.
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Entre ellos, una mujer de más de 70 años quien, acompañada de dos de sus hijas, se colocó a los pies de la tumba de sus hijos y su esposo. Aunque el paso del tiempo ha debilitado sus manos, limpió y decoró el lugar donde descansan sus restos.
“Vengo a ver a mis hijos y mi esposo. Les traigo flores y sus velas. Los quiero mucho”, comentó entre lágrimas y sollozos que no pudo contener.
A la distancia, otra familia contrató a una banda para interpretar las canciones que solían alegrar a su ser querido. Mientras que otros más, desde bocinas portátiles, acompañaron el momento con música.
En este mismo lugar la familia de Isaac Luna de la Cruz se hizo presente frente a su tumba con una ofrenda, en la que colocaron grandes flores de cempasúchil hechas a mano con papel color naranja, morado y amarillo.

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Pusieron, además, una tela con imágenes del espacio exterior: la luna, los planetas y las estrellas, eran parte de las imágenes que componían el escenario.
“Todos hemos participado para poder adornar y conmemorar a mi hermano en este día. Le hicimos un poco de lo que a él le gustaba, porque le gustan el arte y el espacio. Esa fue nuestra inspiración”, detalló su hermana Celeste Luna.
Refirió que las ofrendas del Día de Muertos “son la parte que le brinda la familia a los seres queridos que ya no están con nosotros. Es un tributo hacia ellos y lo que hicieron en esta vida y es un recordatorio de todo el amor que le tuvimos y le tenemos”.
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Aplausos, risas, música y sollozos fue lo que se vivió este día de Muertos en el Panteón de San Francisco de Asís, uno de los cuatro panteones municipales de Atizapán de Zaragoza.
Realizan velada en cementerios de Toluca
Toluca, Méx.— Los panteones de Toluca se llenaron de color este 1 y 2 de noviembre en la tradicional velada que reúne a miles de personas en los camposantos para convivir con las almas de sus fieles difuntos.
En el cementerio de la delegación de Capultitlán las familias acudieron a limpiar y decorar las tumbas con flores de cempasúchil y velas.
Durante la velada, que puede prolongarse hasta entrada la madrugada, las familias se quedan junto a las tumbas, compartiendo historias de aquellos que se han ido.
Algunos montan toldos y colocan sillas plegables para pasar la noche, mientras que otros prefieren quedarse en silencio, recordando a sus seres queridos.

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