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La luz del sol comienza a languidecer, pero los gritos y carcajadas de niñas y niños por igual, aún escapan de entre los árboles, pasillos y áreas de juegos infantiles del Parque de los Venados.
Son casi las 19 horas, y por ahora no les inquietan las cartulinas, ni las tareas que habrán de entregar los menores hoy que regresen a las aulas, tras dos semanas de vacaciones. Lo único que importa es aprovechar hasta el último instante de descanso y diversión.
“Ni siquiera sabemos si les dejaron tarea. Ahora que lleguemos a la casa vemos eso”, comenta Federico, mientras espera que sus hijos terminen de dar la vuelta por el parque, en los carros eléctricos que se alquilan en ese lugar de la alcaldía Benito Juárez.
La tarde soleada que hay en el último día del periodo vacacional de Semana Santa permite que los paseantes de este y otros parques como San Lorenzo y Tlacoquemécatl, puedan exprimir al máximo los últimos minutos de descanso, porque el anochecer aún no arropa esta zona de la capital.
Familias completas disfrutan de pasear por los parques y sentarse en las bancas, mientras comen helados y toman bebidas porque el calor no da tregua.
Los globos, juegos inflables, resbaladillas, bicicletas de cuatro ruedas, columpios y el clásico trenecito representan el goce de pequeños y grandes; y para los adolescentes y jóvenes, la pista de patinaje es la mejor combinación de ejercicio y diversión, con un toquecito de adrenalina, para quienes gustan de hacer piruetas y maromas sobre ruedas.
“Yo no voy a resentir el despertar temprano mañana, porque en mi escuela entramos a clase la semana pasada. Aunque sí, siempre da algo de flojera los lunes”, comparte Laura, estudiante de prepaparatoria.
En el Parque San Lorenzo, entre los árboles y arbustos, una familia festeja el cumpleaños de uno de los pequeños de la casa, y los globos y canciones infantiles dan vida a ese lugar, donde el comercio informal es escaso, ante la poca presencia de visitantes.
En cambio, en el Parque de Los Venados los puestos con toda clase de vendimia ocupan gran parte de ese lugar, aunque los visitantes no les generan grandes ingresos.
“Yo creo que ya están gastados porque es el fin de las vacaciones, y casi no compran, pero algo es algo y tampoco es para que nos quejemos”, menciona Guadalupe, quien aplica maquillaje infantil.
Las mascotas también disfrutan del último día de vacacaciones de sus humanos, y lo demuestran, mientras corren y persiguen a los niños que aún juegan en el parque, a escasas horas de que suenen sus despertadores, para regresar a clases.