Texcaltitlán, Méx.— La comunidad de Texcapilla vive el mismo miedo que hace un año, cuando el 8 de diciembre decidieron enfrentar con machetes a integrantes de La Familia Michoacana, quienes por años y bajo amenazas extorsionaban a los campesinos y comerciantes.
Si bien se ve el ir y venir de elementos de la Guardia Nacional, Secretaría de Seguridad estatal y del Ejército, a los vecinos no les da garantía de que en algún momento puedan regresar los de la maña, como se les conoce a los miembros de alguna célula delictiva.
“Es la misma gata nada más que revolcada. Mucha seguridad aquí en la entrada, militares en todos lados, pero sigue siendo lo mismo. No los vemos físicamente a aquellos, pero andan manejando de lejos a los polleros, a los carniceros, a los que siembran haba, trigo, papa, a todo el condenado mundo”, cuenta una de las vecinas, quien pide no dar su nombre por temor a represalias.
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Texcapilla es una localidad rural del municipio de Texcaltitlán, en el sur del Estado de México, ubicada a aproximadamente 45 kilómetros al suroeste de Toluca. Según el censo de 2020, cuenta con una población de mil 447 habitantes.
El 8 de diciembre de 2023, el pequeño poblado fue escenario de un enfrentamiento violento entre habitantes y presuntos miembros de La Familia Michoacana.
Este grupo había extorsionado a los pobladores durante años. El saldo del enfrentamiento fue de 14 muertos: 10 presuntos delincuentes y cuatro campesinos de la comunidad. Los habitantes se hartaron.
Tras estos eventos, muchos pobladores abandonaron la localidad debido al temor de represalias
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En respuesta, las autoridades federales y estatales reforzaron la seguridad en la zona con alrededor de 600 elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional y de la Guardia Nacional. Además, se comprometió la instalación de un cuartel de la Guardia Nacional que sigue pendiente por un conflicto en la propiedad del predio.
El silencio que dejó aquel 8 de diciembre aún se nota al recorrer las calles de Texcapilla, a esto se suma la desconfianza de los vecinos hacia quien llega, y es que a través de mensajes de WhatsApp se avisa si llega un auto desconocido o bien si “anda” por las calles alguna persona que no sea originaria del lugar.
“Ahorita ya no se ve tanto carro que entra y sale como se veía antes de que pasara lo del campo de futbol, pero igual es por los policías que están allá abajo, ahorita ya se sabe de inmediato quién entra”.
Los habitantes si bien han aprendido a vivir rodeados de policías, no han logrado tener confianza en los uniformados, ya que en varias ocasiones han visto a elementos platicar con operadores ajenos a la zona.
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“Pues todos los días decimos ‘confiamos o no confiamos’, porque ya nos dicen ‘vino tal carro y estuvo horas platicando con los estatales’, ahí es donde se inquieta la gente”, expresa la vecina.
Los elementos de la Defensa suelen pernoctar en la comunidad por varias semanas; sin embargo, los rotan y es ahí donde las personas pierden la confianza, ya que llega personal nuevo.
Se mantienen precios altos
Derivado de las extorsiones y los levantones de los que fueron víctimas productores y comerciantes de pollo, los precios de este producto se elevaron considerablemente.
El 8 de diciembre de 2023 un kilo de retazo oscilaba entre 150 y 170 pesos, actualmente su precio es de 130, es decir, 20 pesos menos, costo que a decir de los vecinos de Texcapilla no ha cambiado y lo atribuyen al control que sigue teniendo La Familia Michoacana desde fuera de la comunidad.
“No cambiaron las cosas, el pollo sigue igual, la carne ni se diga. Vamos a saber si a los campesinos les siguen pidiendo cuota ahora que comience el corte del haba”.
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En Texcapilla ya son pocos los que se dedican a la venta de pollo y carne, pues no “sale” para pagar el producto, las cuotas y menos para una ganancia.
“Abajo está la porquería, desde los que están en la presidencia municipal, policías, no va a cambiar nada si siguen trabajando desde las otras comunidades”, relata a EL UNIVERSAL Carmen, a quien llamaremos así por cuestiones de seguridad. Añade que la célula delictiva que “tenía” el poder de Texcapilla sigue operando desde las comunidades de Agua Bendita, Picacho y Ojo de Agua.
“¿Quién me asegura que yo salga al pueblo y regrese con bien? Uno va con miedo, uno sale a donde quiera con miedo porque a lo mejor aquí no van a entrar porque están los policías, pero vaya usted a Agua Bendita, al Picacho, al Ojo de Agua y luego luego empiezan a salir, nada más están cazando a uno. Anda uno con miedo”.
Además, desmienten a la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) después de que señaló que la organización de La Familia Michoacana había quedado desarticulada, toda vez que “sujetos” se siguen presentando como miembros de ese grupo.
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“Queremos una limpia verdadera”
Si bien en las últimas semanas se han registrado detenciones de integrantes de La Familia Michoacana, no se ha podido “limpiar” la zona sur, ya que así como detienen a uno, llegan tres mandos más, mencionan los habitantes.
“Nosotros queremos un cambio, pero un cambio que de a deveras se vea y que se limpie toda la cochinada, que no sean puercos, todas las elecciones que hubo de qué sirvió si pusieron a quien quisieron, a los mismos que andan con la maña, ese es el cambio”.
Señalan que entre la comunidad había quienes trabajaron para la delincuencia organizada, de ahí que prefirieron abandonar sus viviendas después de las detenciones.
“Del mismo pueblo hay gente que trabaja para ellos, de hecho, hay hartos arrastrados que les han dado pues el dinero, incluso les mandaban que cemento, láminas o calentadores. Entonces, ¿por qué porquerías venden a su pueblo? Y son ellos quienes muchas veces dijeron que no pasaba nada, hay mucho chamaco que todavía sigue trabajando como halcón, y ni modo que las autoridades no se den cuenta”.
Quienes viven en Texcapilla siguen sobreviviendo a la delincuencia organizada. Si bien esta zona se ha convertido en una fortaleza, los miembros de grupos delictivos continúan operando a la distancia, esperando el momento en que las autoridades se distraigan para recuperar lo que desde el 8 de diciembre de 2023 perdieron luego de un enfrentamiento con los pobladores.