De julio a octubre, coincidiendo con la temporada de lluvias en el centro del país, se extiende la temporada de elote de maíz cacahuacintle , una de las 64 razas de maíz que hay en México, apreciada por su grano grande, harinoso y dulce que protagoniza diversas preparaciones como tamales y pozole.
Aunque existen algunos cultivos de riego, el maíz cacahuacintle en su mayoría es cultivado por temporal, es decir, depende de las lluvias para su crecimiento y maduración.
“Nos dedicamos a la producción de maíz cacahuacintle que, en verde, lo usamos para elote y, en seco, la mayoría se va para un poblado vecino que se llama Santa María Nativitas . Ellos son los que lo procesan para venderlo a todo el país”, explica Óscar Vallejo, productor agrícola de Santiago Tlacotepec, Estado de México , muy cerca de las faldas del Nevado de Toluca .
Los elotes , favoritos para preparar panes, sopas o para consumirse hervidos o asados con limón y chile, no son más que la etapa “en verde” del maíz, es decir, son maíces tiernos que no han madurado lo suficiente para ser cosechados como grano para preparar tortillas.
“Dejar madurar el maíz o cortarlo en elote depende de la necesidad del productor o la demanda que haya. No hay selección; se vende por la necesidad que tenga el productor.
“La siembra normalmente es de febrero a mayo, depende de cada productor. Son cuestiones personales, por costumbre o por cuestiones económicas”, dice Óscar.
Los elotes son en realidad maíz "verde".
“El día de la Candelaria (2 de febrero) es la bendición de las semillas . Todos los campesinos llevamos nuestras semillas de chícharo, haba, frijol, maíz, avena y todo lo que sembramos de forraje. Las ponemos en una charola, se adornan con sus florecitas y se lleva a misa para que el padre las bendiga. Por supuesto los tamales no deben faltar”, explica Alejandro Morán, también agricultor de cacahuacintle en la misma población mexiquense.
En este poblado, a 2800 metros sobre el nivel del mar, los productores aseguran que, debido a esas condiciones geográficas y al suelo de origen volcánico, el maíz cacahuacintle se da mejor, más rico y más dulce.
FAENA TODO EL AÑO
Cultivar maíz no es una tarea sencilla
. Se requiere del conocimiento de la tierra, de la planta y del clima, saberes preservados por los campesinos desde milenios atrás, cuando se comenzó la selección de los granos del teocintle , planta ancestral antecesora del maíz moderno.
Dependiendo del lugar, los campesinos tienen que invertir aproximadamente de 14 mil a 25 mil pesos por hectárea plantada de maíz cacahuacintle para comenzar las labores de arado de la tierra, sembrado, cuidado de la planta y de control de plagas. Después de eso, dependen de “el de arriba” para que lleguen las lluvias y para que las plagas no hagan estragos en su cosecha. Es una tarea difícil y mal pagada, debido a que muchos de ellos no cuentan con ningún apoyo gubernamental ni asesoría técnica.
Productores de maíz cacahuacintle de Santiago Tlacotepec, Estado de México.
“Cuando la cosecha está buena se producen 3 ½ toneladas de elotes por hectárea, es un rendimiento bueno para nosotros ya que no tenemos semillas mejoradas ni tecnología. No tenemos tampoco ningún apoyo del gobierno, acá nos han olvidado”, señala Filemón Solano, campesino de 72 años de la región que ha dedicado toda su vida al campo.
“Nos lo llevamos [el maíz] en verde pero ya no queremos ir porque, en primera, la Central de Abasto [de Toluca] nos cobra 500 pesos por camión por entrar a vender y allá nos pagan de a $1.50 la pieza, el de primera; y a 60 centavos, el mediano, pero ellos lo venden a cinco pesos. Si mi camioneta lleva 10 mil elotes y acabo de venderlos me sale pero, si no, tengo que regresar al día siguiente y pagar la cuota nuevamente. Una hectárea apenas nos puede dar 20 mil pesos, menos la inversión, nos quedan seis mil pesos por hectárea. El precio lo ponen los coyotes ahí en la plaza, ahí a como paguen, y uno tiene que vender por necesidad”, asegura Filemón.
A pesar de las dificultades que el cultivo de esta variedad de maíz nativo representa para los campesinos, ellos quieren a su tierra.
“Va a haber una producción muy baja este año debido a la sequía de principios de año, porque no ha llovido mucho. He viajado por varias partes de México, he visto otras tierras, pero yo la mía no la cambiaría por nada, a mi me gusta cultivar mi maicito”, dice Filemón.