¿Llevar comida o comer en un restaurante durante la jornada laboral? El debate sobre esta disyuntiva resurge periódicamente. Algunos consideran esta forma alimentarse como un recurso para ahorrar en las épocas de crisis o depresión económica y que pierde protagonismo cuando retorna la recuperación de las finanzas personales.

Los expertos en nutrición del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO) discrepan con esta idea y aseguran que llevar lunch nos permite desarrollar hábitos alimentarios saludables; supone un ahorro anual equiparable al coste de unas vacaciones en familia, y nos da la oportunidad de economizar el tiempo que pasamos en el trabajo.

Promover el uso de este recipiente con cierre hermético y fácil de llevar en el ámbito de la empresa nos acerca a una jornada laboral más compacta, productiva y orientada a la vida familiar, de acuerdo al IMEO (www.imeoobesidad.com).

Aunque según este instituto, en torno a la fiambrera existen muchas prácticas que no son del todo correctas.

Por ejemplo, “algunas personas cometen el error de pensar en los recipientes de plástico como un plato único y, por tanto, más contundente, es decir calórico, mientras que otros lo llenan con las sobras de la cena y también hay quienes prefieren recurrir a pasta y legumbres, que son platos más rápidos de preparar”, señalan.

“Además, a menudo, se olvida llevar fruta o algún tentempié para las horas entre comidas”, apuntan desde este centro.

Las expertas del IMEO Carmen Escalada (nutricionista clínica) y Andrea Marqués (nutricionista especializada en gastronomía) describen a Efe los beneficios de esta modalidad alimenticia y comparten una serie consejos prácticos para comer de los recipientes herméticos, de forma saludable.

VENTAJAS DE LA COMIDA CASERA.

"Las jornadas laborales son cada vez más largas, a menudo vivimos lejos de nuestro puesto de trabajo y la falta de tiempo es una constante en nuestra vida. Todos estos factores hacen que los trabajadores se vean obligados a comer en restaurantes a diario o a prepararse la comida y llevarla en un recipiente", señala Escalada.

Para esta nutricionista "a pesar de que esta segunda opción podría no resultarnos a simple vista la más atractiva, además de ser la más sencilla, es la mejor desde el punto de vista nutricional y económico”.

He aquí sus razones:

1. Planificamos mejor el menú semanal. 

"De esta manera, nos va a resultar mucho más sencillo adaptarlo a nuestros gustos y necesidades nutricionales, pudiendo convertirlo fácilmente en variado y equilibrado", señala Escalada. Explica que el lunch “también nos ayuda a consumir las raciones adecuadas de cada uno de los diferentes grupos de alimentos: fruta, verduras, cereales integrales, carnes magras, huevos, pescados o legumbres…".

2. Sabemos lo que comemos. 

"Al prepararnos nuestras propias comidas podemos elegir los ingredientes y podremos optar por productos de alta calidad, como el aceite de oliva virgen extra que no siempre es el empleado para la elaboración de los 'menú del día'”.

3. Disminuimos las cantidades de comida. 

"Al comer en restaurante muchas veces recurrimos a los menús con primero y segundo platos, postre y pan, que son, la mayoría de las veces, excesivamente abundantes y energéticos. Al llevar comida solemos tomar un plato único o dos pequeños reduciendo las calorías que ingerimos", según Escalada.

4. Eliminamos tentaciones.

"Cuando nos llevamos la comida de casa reducimos las posibilidades de elegir opciones más calóricas o ricas en grasas menos saludables o con excesivos azúcares", de acuerdo a esta nutricionista clínica.

Para Escalada, un ejemplo de esto son los postres: "al comer en restaurante es complicado resistirse a una porción de tarta o a un dulce, pero si llevamos el postre de casa, es más fácil y frecuente optar por fruta fresca o yogur, una opción más saludable".

5. Reducimos el empleo de salsas excesivamente calóricas.

"En restauración, a menudo se emplean las mayonesas, ketchup o bechamel, pero en casa podemos elaborarnos salsas sencillas a base de verduras, hortalizas y especies que hagan nuestros platos igual de atractivos. También llevando nuestro menú podemos reducir nuestro consumo de sal”, según Escalada.

6. Conseguimos un ahorro económico. 

"Al comer nuestro lunch el precio de nuestro menú diario se reduce a más de la mitad", recalca a Efe, Carmen Escalada.

CLAVES DE UN LUNCH SALUDABLE

Por su parte, Andrea Marqués traslada a Efe las siguientes recomendaciones para cuidar la salud y la silueta, cuando se come en el trabajo comida preparada en casa:.

1. Prepare platos que le gusten. 

"Nuestra hora de comida en el trabajo debe ser un momento positivo, que aprovechemos para recuperar energía para la tarde y desconectemos un rato de todo el trabajo realizado hasta el momento. Si nuestro lunch nos gusta, nos ayudará a disfrutar más de este momento social y de descanso", señala.

2. Elabore un menú variado. 

"Intente variar el tipo de verduras que consume. Por ejemplo: ensalada, brócoli o coliflor, acelgas o espinacas, crema de calabacín o de calabaza y setas o champiñones. Haga lo mismo con las proteínas, alternado entre pollo, pavo, ternera, pescado y huevo", indica Marqués.

“Si además quiere adelgazar o mantener el peso, no abuse de los alimentos ricos en carbohidratos y resérvelos para el fin de semana. Puede consumirlos un día a la semana en forma de ensalada de pasta, lentejas con verduras o arroz con pollo", agrega esta experta.

3. Prepare la cantidad justa. 

"No prepare comida de más porque acabará comiendo en exceso y sufriendo un gran sueño después de comer, o bien acabará cenando los restos de esa comida y se aburrirá de degustar siempre lo mismo", señala Marqués, quien recomienda "combinar en lo posible la verdura y las proteínas en el mismo plato".

4. Busque el postre ideal. 

"Si toma postre y tiene nevera en la oficina, recurra al yogur o a los postres lácteos descremados, pero siempre inferiores a 60-70 kilocalorías (Kcal), porque muchos llevan azúcares ocultos. Así se asegurará, al menos, una ración diaria de lácteos y saciará sus ganas de dulce después de comer", sugiere.

5. Apueste por las comidas ligeras poco elaboradas. 

"Aumentar de temperatura en exceso los alimentos que cocinamos les hacen perder en la mayoría de los casos un gran parte de los nutrientes", destaca.

"Además, las comidas excesivamente elaboradas o especiadas producen más somnolencia, alargando las digestiones y favoreciendo la pesadez estomacal, un estado que en ningún caso favorece nuestra productividad laboral", según Marqués.

6. Controle los precocinados y envasados.

Además de comer con agua, esta nutricionista aconseja “no abusar de los precocinados, que suelen ser muy utilizados cuando comemos de los recipientes herméticos, pero que suelen llevar gran cantidad de aditivos y muchas veces grasas poco saludables”.

"Utilice latas de pescado y marisco, tipo sardinillas con tomate, atún en aceite de oliva o al natural para ensaladas, o mejillones en escabeche, que son fáciles de combinar y una buena fuente de proteínas", enfatiza.

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