En la más reciente entrega de su columna Vinícola en Tinta, Carlos Borboa le cuenta a los lectores de sobre la producción de espumosos fuera de Champagne y cómo Inglaterra se ha posicionado en el nuevo referente para la producción de vinos espumosos de método tradicional.

Hace algunas semanas, en medio de una charla vitivinícola con colegas y amigos, una frase cautivó mi atención... "La única región del mundo que podría igualar a Champagne, por supuesto en producción de vinos espumosos de calidad, es Inglaterra". Hasta hace no mucho, esta afirmación podría haber parecido temeraria. Sin embargo, la realidad productiva del vino inglés ha cambiado de forma radical en las últimas dos décadas, impulsada por un factor ineludible: el cambio climático.

La vitivinicultura en Inglaterra no es un fenómeno reciente. Existen registros de plantaciones de vid desde la época romana y un resurgimiento moderado a mediados del Siglo XX, pero fue a partir de la década de 1990 cuando el potencial real del país comenzó a materializarse. Hoy, Inglaterra cuenta con más de 4 mil hectáreas de viñedo, con un crecimiento sostenido impulsado por la producción de vinos espumosos de alta calidad. Sussex, Kent y Hampshire se han consolidado como las regiones insignia, atrayendo inversiones y atención internacional por la calidad de sus vinos.

El incremento en las temperaturas medias ha sido determinante. Tradicionalmente, la viticultura en Inglaterra era una apuesta riesgosa, con maduraciones difíciles y cosechas erráticas. Pero el calentamiento global ha llevado las temperaturas medias en el sur de Inglaterra a niveles similares a los de Champagne hace 50 años, con veranos más cálidos y otoños secos que permiten una maduración más completa de las uvas. Este factor, combinado con suelos calcáreos similares a los de la región francesa, ha convertido a Inglaterra en un nuevo referente para la producción de vinos espumosos de método tradicional.

Las variedades clásicas de Champagne –Chardonnay, Pinot Noir y Meunier– dominan la producción de espumosos ingleses. La combinación de suelos calcáreos y clima fresco permite que estas variedades desarrollen una acidez vibrante, estructura y potencial de envejecimiento, elementos esenciales para la elaboración de espumosos de alta gama. Bodegas como Nyetimber, Gusbourne y Ridgeview han liderado esta transformación, demostrando que los vinos ingleses pueden competir con algunos de los mejores espumosos del mundo.

El reconocimiento no ha tardado en llegar. En catas a ciegas organizadas en los últimos años, espumosos ingleses han superado a champanes de renombre en calidad y complejidad, algo que ha impulsado aún más la reputación de la región. La Denominación de Origen Protegida "Sussex" se estableció en 2016 como un intento por consolidar y proteger la identidad de los vinos ingleses en el mercado internacional, marcando el inicio de una regulación más estructurada para garantizar calidad y autenticidad.

Más allá de los espumosos, la producción de vinos tranquilos también ha crecido, aunque con retos más pronunciados. Pinot Noir y Chardonnay han mostrado adaptabilidad en viñedos específicos, con vinificaciones que buscan reflejar la mineralidad y frescura del terroir. Sin embargo, el verdadero motor de la vitivinicultura inglesa sigue siendo el espumoso, donde la combinación de clima, suelo y enología han permitido establecer una identidad propia.

El futuro de la industria inglesa es prometedor, pero enfrenta desafíos. La volatilidad climática sigue siendo un riesgo latente, con heladas primaverales y lluvias inesperadas que pueden afectar las cosechas. Además, la expansión de los viñedos está limitada por la disponibilidad de terrenos adecuados y el alto costo de producción, lo que podría hacer que el crecimiento se desacelere en los próximos años.

Aun con estos retos, Inglaterra ha pasado de ser una curiosidad en el mundo del vino a un actor relevante en la producción de espumosos de calidad. Con una industria en plena expansión y una identidad cada vez más consolidada, el país se perfila como una de las regiones más dinámicas del panorama vitivinícola global, redefiniendo los límites de la producción de espumosos fuera de Champagne.

Hito Rosado

Hito Rosado. Foto: Especial
Hito Rosado. Foto: Especial

Uva: Tempranillo

Zona de producción: Ribera del Duero, España

Vista: palo de rosa, muy tenue y brillante

Nariz: delicados aromas de flores frescas y frutos cítricos, que evolucionan rápidamente a frambuesas y bayas rojas maduras

Boca: fresco, vibrante en acidez y explosivo en frutalidad, con perfecto balance alcohólico. Final medio de frutos rojos y recuerdos florales