Los suplementos alimenticios son productos a base de hierbas , extractos vegetales o alimentos naturales deshidratados o concentrados de frutas los cuales pueden estar adicionados con vitaminas o minerales.
El propósito de estos es incrementar la ingesta dietética total o complementarla. Estos no están clasificados como medicamentos, por lo que no se pueden utilizar como tal ni son sustitutos de los alimentos convencionales. Su principal objetivo es aportar nutrientes que en algunos momentos no estamos consumiendo de manera adecuada.
Los suplementos se presentan en diferentes formatos, capsulas, perlas, líquidos, polvos, píldoras y tabletas.
Aunque no se necesita receta médica para adquirirlos o suministrarlos algunos multivitamínicos, tomados en exceso o de forma errónea, pueden traer problemas a la salud, pues altas cantidades de vitamina E, betacaroteno o calcio y vitamina D , por mencionar algunos, pueden provocar accidentes cerebrovasculares, o aumentar el riesgo de padecer cálculos renales.
Los suplementos alimenticios nos ayudan a obtener algunos nutrientes que no consuminos en nuestra dieta diaria, por lo cual se recomienda consumir diversos alimentos saludables tales como frutas, verduras, carnes magras o pescados, de dónde obtendremos la mayor cantidad de nutrientes que el cuerpo necesita para mantenerse sano.
Para elegir el multivitamínico que más se adapte a tu estilo de vida se recomienda acudir con un nutriólogo o médico para determinar qué tipo de vitaminas no estás adquiriendo en tus alimentos regulares. Aunque algunas instituciones recomiendan que las personas que estén pensando en tener un bebé o aquellas que están embarazadas tomen un suplemento de ácido fólico para evitar defectos comunes de nacimiento en los bebés.
Estos también se recomiendan para las personas que buscan cuidar su peso, las personas que siguen una dieta vegetariana o vegana, así como para las mujeres que tienen periodos menstruales fuertes, aunque siempre con la supervisión de un profesional de la salud.