Las cocinas y las taquerías mexicanas no estarían completas sin una variedad de salsas, aptas para acompañar tacos, quesadillas, gringas, gorditas, flautas, etcétera.
Sabemos que al mencionar "salsa de aguacate" podría confundirse con el guacamole; sin embargo, son preparaciones distintas pero cuyo sabor puede agradar a todos los paladares.
Si quieres aprender a prepararla, en Menú te damos la receta.

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¿Cuál es la diferencia entre la salsa de aguacate y el guacamole?
La respuesta es simple: depende de sus ingredientes y de la consistencia. La salsa de aguacate es un más líquida, mientras que el guacamole es ligeramente cremoso y espeso.
Es México, las salsas se consumen elemento principal en una variedad de platillos, por ejemplo, en las enchiladas, en el relleno de tamales y hasta en el chicharrón de cerdo. Pero también sirven como una especie de "aderezo".
De acuerdo con un artículo de la organización El Poder del Consumidor, su preparación es el resultado de la mezcla ingredientes como el chile jalapeño, habanero o serrano. Asimismo, se les añaden vegetales como la cebolla, el jitomate, cilantro y aguacate.
El Centro de Investigación en Alimentos y Desarrollo (CIAD) señala que los ingredientes de las salsas aportan características sensoriales únicas, además de contener nutrientes benéficos para la salud.
En conjunto, la mezcla de chiles y vegetales puede actuar de manera sinérgica, potenciando sus compuestos biológicos y dando un sabor excepcional a tus taquitos.

¿Cómo hacer salsa de aguacate en casa?
La salsa de aguacate, una variante popular en las taquerías, puede prepararse tanto cruda como cocida. Y debido a su sabor picante y fresco -diferente al guacamole- se complementa a la perfección con los de pastor, suadero, longaniza, cecina y muchos guisados más.
A continuación, te dejamos el paso a paso para prepararla:
Ingredientes:
- 2 aguacates maduros.
- 1 taza de agua.
- 3 tomates verdes medianos y cocidos.
- 1/2 cebolla blanca.
- 1 o 2 chiles serranos.
- 1 diente de ajo.
- Un puñado de cilantro fresco.
- Jugo de 1 limón.
- 1 cucharada de aceite de oliva.
- Sal.
Procedimiento:
- Hierve los tomates hasta que cambien de color y queden suaves (te tomará alrededor de 10 minutos).
- Escurre y deja enfriar los tomates.
- Después, coloca en la licuadora los aguacates, tomates, cebolla, chiles, ajo, cilantro y el jugo de limón.
- Mezcla hasta obtener una salsa líquida y homogénea. Si queda muy espesa, agrega un poco de agua.
- Agrega una pizca de sal, la cucharada de aceite de oliva y vuelve a mezclar.
- Sirve tu salsa y disfruta.

A diferencia del guacamole, que suele ser espeso y con trozos de aguacate, esta salsa combina el sabor ácido de los tomates y, al mismo tiempo, lo equilibra con el aceite de oliva.
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