Acompañante y protagonista de muchos platillos, el limón se caracteriza por su aroma cítrico, refrescante y cuyas notas -que pueden variar entre un ligero amargor y un toque dulce- aportan un sabor único a los alimentos.
¿Pero te has preguntado si su consumo es compatible con todas las personas? En Menú resolvemos tu duda.

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¿Qué nutrientes aporta el limón?
El limón, según explica la Fundación Española de la Nutrición, es un fruto del árbol limonero que crece en climas cálidos. Con un aspecto ovalado, pequeño y de color verde a amarillo, este cítrico ha acompañado a la humanidad desde hace siglos.
Originario de Asia, en el siglo XVII era ampliamente utilizado por médicos que notaron que el consumo del jugo prevenía los brotes de escorbuto entre los marineros, durante largas travesías marítimas.
Más tarde, con su popularización en los mercados occidentales a partir del siglo XX, se convirtió en un ingrediente habitual de numerosos platillos y bebidas.
En la actualidad, un artículo de la Universidad de Chile señala que dicha fruta tiene un amplio valor nutricional, principalmente por la vitamina C y potasio.
Un limón de 58 g cuenta con 16.8 calorías, aporta 30.7 mg de vitamina C, así como tiamina, riboflavina, vitamina B6, calcio, potasio, fósforo y magnesio, explica Medical News Today.
Este portal especializado también indica que las pautas dietéticas recomiendan una ingesta diaria de 75 mg de vitamina C en mujeres y 90 mg en hombres, siendo el limón una excelente fuente para obtener esa dosis.

¿Qué beneficios tiene comer limón?
Debido a su perfil, la Fundación Española de la Nutrición explica que el consumo de limón ayuda a prevenir la fatiga, el dolor articular, la cicatrización lenta de heridas, el aflojamiento de los dientes y la depresión.
Asimismo, es útil para:
- Mejorar la presión arterial.
- Favorecer la formación de colágeno.
- Prevenir el asma.
- Incrementar la absorción de hierro.
- Promover el control del peso.
Si bien los estudios no han demostrado que el limón sea un alimento inseguro e incluso se le atribuyen propiedades nutricionales valiosas, su consumo -como el de cualquier alimento- debe ser moderado y guiado por un profesional.

¿Qué personas deberían evitar el consumo de limón?
Si bien no hay datos clínicos suficientes para establecer una dosis en el consumo de limón, existen algunas consideraciones importantes.
Para empezar, el blog del Vinmec International Hospital advierte que componentes como el ácido cítrico, el ácido ascórbico y los azúcares naturales del limón pueden favorecer la aparición de caries y erosión dental.
Además, debido a su alta acidez, el jugo puede agravar úlceras estomacales preexistentes. Por ello, a las personas con este tipo de padecimientos se les recomienda beberlo diluido o descartarlo.
En casos de consumo excesivo, los ácidos del limón podrían debilitar la barrera entre el estómago y el esófago, lo que puede resultar perjudicial para quienes padecen enfermedad por reflujo gastroesofágico, ya que empeora molestias como el ardor y dolor abdominal.
Asimismo, la ingesta desmedida de vitamina C puede provocar síntomas intestinales como diarrea, náuseas y deshidratación.
Finalmente, el sitio especializado Healthline enfatiza que para las personas alérgicas a los cítricos, el limón debe evitarse por completo.
En los anteriores casos, la reacción puede incluir hormigueo y picazón en labios, lengua y garganta, así como irritación, enrojecimiento y descamación de la piel. Aunque algunos pacientes pueden tolerar los cítricos cocidos, no ocurre lo mismo con los frescos.

El limón aporta múltiples beneficios a la salud si se consume con moderación. Pero el equilibrio y la atención a las señales pos-ingesta es clave para disfrutarlo sin riesgos.
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