De acuerdo con el Servicio de Seguridad e Inspección de Comida Estadounidense, los embutidos son productos de carne compactados, preparados con una o más clases de carne y “subproductos” de alimentos como el corazón, riñones o hígado. Existen 3 categorías: frescos, ahumados, semisecos y secos; cada uno con sus propias características.
La longaniza, por ejemplo, es del tipo fresco y eso quiere decir que se debe mantener refrigerada y cocinar por completo antes de comer. Si bien este es un producto importante en la cocina mexicana, hay personas que no deberían consumirlo. Aquí te decimos quiénes son.

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¿Qué personas no pueden comer longaniza?
Según el diccionario Larousse Cocina, la longaniza es un embutido de carne picada de res o cerdo, con grasa y condimentos. Durante su elaboración se deja reposar este contenido en adobo para después ponerlo en una tripa de cerdo, misma que se segmenta en trozos.
A diferencia del chorizo, que lleva más condimentos, dicho producto se divide en segmentos cortos y su contenido es menos graso. También se distingue por un color rojizo con sabor salado.
No obstante, los ingredientes que contiene la longaniza pueden ocasionar efectos negativos en la salud de las siguientes personas:
- La combinación de carnes da como resultado una fuente de grasas saturadas que pueden incrementar los niveles de colesterol y ocasionar problemas cardiovasculares. Los pacientes con este tipo de enfermedades no deberían integrarla a su dieta.
- Al ser un embutido difícil de digerir, tampoco se recomienda su consumo en personas que padecen enfermedades del aparato digestivo, problemas gastrointestinales o intestino perezoso.
- La longaniza también contiene grandes cantidades de sal, condimento que puede incrementar el riesgo de retener líquidos. Otras consecuencias de comer sodio en exceso son las enfermedades renales o hepáticas.
- La Secretaría de Salud informa que comer embutidos en exceso aumenta las probabilidades de desarrollar cáncer colorrectal. Y, como lo mencionamos anteriormente, la longaniza es uno de ellos.
- Al interior de la carne de estos productos se forman nitrosaminas que dañan al aparato digestivo (específicamente el intestino), por lo que contribuyen al desarrollo de padecimientos como aterosclerosis, resistencia a la insulina y problemas endoteliales.
En personas que se encuentran completamente sanas, la Comisión EAT-Lancet -que reúne a expertos a nivel mundial en los campos de la salud, nutrición y sostenibilidad- recomienda un consumo máximo de 28 g de este tipo de carne roja al día.

¿Qué alternativas hay ante el consumo de longaniza?
Si eres parte de las personas que deberían evitar el consumo de longaniza y otros embutidos, te compartimos alimentos que pueden servir como alternativas en tus platillos.
- Si quieres consumir un tipo de carne poco dañina, recurre a los pescados o el pollo. Las carnes blancas son bajas en grasas y sodio; mientras que mantienen su nivel elevado de proteínas.
- El tofu, debido a su sabor neutro, se puede cocinar con picante para que quede similar a la longaniza. Además, es rico en proteínas y calcio.
- La soya también es un ingrediente versátil para suplir recetas como los tacos, las flautas y los huevos, en los que con frecuencia se añade la longaniza. Es la mejor alternativa para las personas con intolerancia a la carne roja.
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