Los frutos secos no son un simple snack ni una botanita. Si se comen en su estado más natural y con moderación, pueden ser una herramienta poderosa para fortalecer la salud.
Hoy en Menú te contamos lo que debes saber sobre este increíble alimento.

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¿Por qué los frutos secos son un superalimento?
Aunque a veces se les ve como un alimento para matar el antojo, los frutos secos tienen un potencial nutricional elevado. Su contenido de grasas saludables, antioxidantes y minerales los convierten en un complemento de la dieta diaria.
Por lo anterior, se les considera un superalimento, ya que aportan mayores cantidades de nutrientes que otros snacks. Además, tanto The American Journal of Clinical Nutrition y como la Clínica Universidad de Navarra respaldan sus beneficios.
En particular, las almendras, nueces, pistaches, cacahuates, semillas de calabaza o nueces de la India están repletos de grasas mono y poliinsaturadas, proteínas vegetales, fibra, vitamina E, antioxidantes y fitoquímicos.
Todo eso es "oro" para el funcionamiento del cuerpo, según explica Mariana Valdés Moreno, jefa de la carrera de Nutriología de la FES Zaragoza, perteneciente a la Universidad Nacional Autónoma de México.
¿Cuáles son los beneficios de comer frutos secos?
Mejoran la función cognitiva
Comer frutos secos de manera frecuente puede ser la clave para obtener beneficios como prevenir el deterioro cognitivo.
Un estudio realizado por The American Journal of Clinical Nutrition reveló que cuando se consumen 3 o más veces por semana (en porciones de 30 g), se puede prevenir la pérdida de la memoria a largo plazo.
Protegen el corazón
Las nueces son ricas en grasas saludables, componente que permite disfrutarlos sin que eleven el colesterol o los triglicéridos. Asimismo, "disminuyen los niveles de inflamación relacionada con las enfermedades cardíacas y la diabetes".
Retrasan el envejecimiento de la piel
Según la Clínica Universidad de Navarra, las avellanas y las almendras son fuente natural de vitamina E, cuyas propiedades antioxidantes protegen a la piel del daño ocasionado por los radicales libres.
Combaten el estrés
Al ser ricos en betacarotenos, el consumo de frutos secos permite disminuir los niveles de la ansiedad y depresión. Simplemente, su sabor puede ponernos de mejor ánimo y darnos energía para las actividades diarias.
Fortalecen los huesos
Las ciruelas secas, por ejemplo, mejoran la salud ósea. Un artículo de la orgnización Breast Cancer Information and Support señala que "contienen compuestos bioactivos llamados polifenoles. En las personas, estos compuestos beneficiosos parecen reducir los procesos de inflamación que conducen a la pérdida ósea".
Su eficacia también se atribuye al aporte de vitamina K, pues los niveles bajos de esta vitamina o la deficiencia se relacionan con una baja densidad ósea.

¿Cuántos frutos secos se pueden comer al día?
La ración promedio es de 30 g por día (por ejemplo, unas 20 almendras o 15 nueces). No se vale atascarse: aunque son saludables, también tienen un alto contenido calórico y de sodio.
Por lo anterior, se recomiendan consumir los frutos secos al natural o tostados y sin mezclarlos con endulzantes, chocolate, yogur o fruta.
¿Qué precauciones tomar cuando se consumen frutos secos?
¡Ojo! Los frutos secos son uno de los alimentos que más reacciones graves ocasionan -junto con leche, huevo y una que otra fruta- cuando se es intolerante a sus compuestos.
Las personas sensibles pueden experimentar malestares estomacales, picor en la boca o garganta y hasta dificultad para respirar, detalla el portal de Mayo Clinic.
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