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Un ingrediente común en la cocina es el ajo. Usado para sazonar una infinidad de alimentos, también puede resultar beneficioso incluirlo en la rutina diaria, especialmente al despertar.
Aprende en Menú cuáles son los beneficios del ajo para la salud y cómo consumirlo en ayunas para aprovechar al máximo sus propiedades.

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¿Cuáles son los beneficios de comer ajo?
El ajo, señala el sitio especializado en nutrición WebMD, es una hierba emparentada con la cebolla, el puerro y el cebollino, la cual destaca por producir una sustancia química llamada alicina, responsable de su característico olor y gran parte de sus propiedades.
La Asociación Española del Corazón lo reconoce como uno de los condimentos más apreciados de la cocina mediterránea, gracias a sus características diuréticas, depurativas, antisépticas y antibacterianas, que han hecho de este ingrediente un elemento esencial desde tiempos antiguos.
Agrega la asociación que la buena reputación del ajo se debe a la cantidad de nutrientes que aporta. Entre sus minerales destacan el selenio, potasio, fósforo, magnesio, zinc y yodo. También es fuente de vitaminas del grupo B, como la B1, B3 y B6 .
De acuerdo con su información nutrimental, 100 gramos de porción comestible de ajo aportan aproximadamente:
- Energía: 110 kcal
- Proteínas: 5.3 g
- Hidratos de carbono: 23 g
- Fibra: 1.1 g
- Colesterol: 0 mg
Respecto a sus beneficios, el Manual MSD, en su versión digital, señala que el ajo impide la reproducción de microorganismos, reduce los niveles de colesterol de lipoproteínas de baja densidad (LDL), disminuye el riesgo de cáncer, en especial el gastrointestinal, y ayuda a controlar las concentraciones de azúcar en sangre.
Además, uno de sus usos más comunes es prevenir el resfriado común y tratar la enfermedad del hígado graso no alcohólico. La Fundación para la Artritis incluso lo recomienda como apoyo para prevenir el daño del cartílago causado por esta enfermedad, gracias a su efecto antiinflamatorio natural.
De acuerdo con WebMD, el ajo puede emplearse como apoyo en casos de trastorno uterino doloroso (dismenorrea), mostrando resultados favorables tras tres meses de consumo en formato de suplemento. Asimismo, la misma fuente menciona que puede resultar eficaz en el tratamiento de infecciones graves de las encías, gracias a sus propiedades antibacterianas.
Por su parte, Healthline destaca que, debido a su contenido de antioxidantes, el ajo podría ayudar en la prevención del Alzheimer y otras enfermedades neurodegenerativas, al proteger las células cerebrales del daño oxidativo.

La misma fuente señala que el ajo podría desempeñar un papel importante en la desintoxicación del cuerpo de metales pesados, ya que, a dosis altas, sus compuestos de azufre pueden proteger los órganos del daño causado por la toxicidad metálica.
En particular, la alicina ayuda a reducir los niveles de plomo en la sangre y en los órganos vitales, favoreciendo así el proceso natural de depuración del organismo. Sin embargo, pese a todos estos beneficios, surge la duda: ¿es realmente recomendable consumir ajo todos los días y con el estómago vacío?
¿El ajo es bueno para el estómago?
El ajo es un alimento que, con un uso adecuado y supervisado, puede otorgar grandes beneficios al cuerpo humano. Sin embargo, la forma en que se consume y el tiempo durante el cual se hace puede influir en la aparición de posibles efectos secundarios.
Por ejemplo, el sitio especializado en medicina Vinmec menciona que, si bien el consumo de ajo en ayunas es una práctica común para aliviar ciertos malestares, un exceso puede traer consecuencias negativas para la salud.
Explica el portal que esto se debe a la presencia de fructanos, un tipo de carbohidrato que puede provocar problemas estomacales e intestinales. Consumir demasiado ajo estimula de forma directa el sistema digestivo, lo que podría dañar el revestimiento del estómago y derivar en úlceras gástricas o duodenales.

Además, se advierte que ingerirlo en exceso sin mantener una alimentación equilibrada podría ser un factor de riesgo para desarrollar anemia. El Manual MSD enfatiza que ciertos grupos deben tener especial precaución y consultar siempre con un médico antes de incluirlo regularmente en su dieta, especialmente si:
- Padecen diabetes o VIH,
- Toman anticoagulantes,
- Consumen antihipertensivos,
- Reciben medicación para prevenir el rechazo de trasplantes
- Siguen tratamientos contra la tuberculosis.
Respecto a su forma de consumo, existe un debate sobre si es mejor comerlo crudo o cocido. El portal de la Universidad de Cleveland explica que calentar el ajo o añadirlo a las recetas puede alterar su pH, reduciendo la potencia de la alicina, el compuesto responsable de muchos de sus beneficios.
Para aprovecharlo al máximo, se recomienda consumirlo crudo y dejarlo reposar unos minutos después de picar, triturar y cortar el ajo.

El ajo puede ser un gran aliado para la salud si se consume con moderación y bajo orientación médica. Aunque sus propiedades lo han convertido en uno de los remedios naturales más populares, siempre se debe consumir de forma informada.
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