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Le comparto una cifra interesantísima: México es el octavo mercado de exportación de la D.O. Rías Baixas. Tan sólo en 2018, nos bebimos más de 251 mil 337 litros de vinos producidos en esta fascinante región atlántica. Conocer estos datos, permite entender por qué nuestro país es tan relevante en el amplio universo comercial gallego.
En días recientes, la D.O. Rías Baixas llevó a cabo el Showroom México 2019, evento abanderado por el sommelier Andrés Amor, embajador de la denominación en el país, y Ramón Huidobro, Secretario General del Consejo Regulador de Rías Baixas.
“Carlos, ¿otra expo de vinos…?”. Más bien un ambicioso encuentro para profesionales y fanáticos de los fermentados de uva, dedicado a descubrir el trabajo de 18 bodegas ligadas a la denominación, degustar más de 60 etiquetas, compartir conocimiento sobre la región y sus singulares características atlánticas, e incluso experimentar en torno a la correcta apreciación de sus cepas. ¡Sí!, nuevamente los vinos de Albariño formaron parte de un singular ejercicio dedicado a comprobar cuál es la copa que mejor les permite expresarse en los sentidos.
Ya le había contado que, a pesar de su larga historia productiva, el auge del vino permeó en este territorio hace 31 años, con la constitución del Consejo Regulador de la D.O. Rías Baixas , en 1988. Bajo un esquema de minifundio, en el que viticultores realizan una viticultura manual sobre más de 4 mil 53 hectáreas de viñedos con cepas autóctonas, diferenciadas por un propio sistema de conducción, denominado emparrado, esta región ha logrado construir una sólida y exitosa industria.
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Es cierto, con sólo mencionar la palabra Rías Baixas viene a la mente la uva Albariño, la gran reina en esta denominación de origen, que representa más del 96 por ciento de la producción total. Sin embargo, también es importante decir que Rías Baixas es una región plurivarietal, capaz de dar vida a múltiples tipologías de vinos, cada una con sus matices, formas y riquezas sensoriales.
En este sentido, es fundamental destacar la presencia en México de etiquetas que se benefician con otras uvas autóctonas: Treixadura, Loureira Blanca, Godello, Caíño Blanco y Torrontés, entre otras. Ciertamente, querido lector, los mexicanos hoy buscan descubrir los “blancos de Rías Baixas ”, más allá de cepas particulares; de igual forma, los consumidores han abierto espacios para fermentados con crianza en barrica y otras categorías más allá de los típicos blancos jóvenes. Al menos eso confirma la llegada de nuevos jugadores al mercado nacional.
“Vinos, vinos…”. Debo decirle que, más allá de lo presente en el Showroom, l a oferta de Rías Baixas ha adquirido una fascinante dimensión este año. Me atrevo a citar: Condes de Albarei Albariño, Martín Codax Lías, Vionta Albariño, Quinta de Couselo, Piñeiral, Pazo Pondal Albariño, Fillaboa, Veiga Naúm, Valmiñor, Leira, Fefiñanes Albariño…
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