Mi ociosidad me llevó a buscar la palabra picudo en la Real Academia Española, y encontré lo siguiente: adj. Méx. sagaz (‖ astuto). No he escuchado a alguien utilizar esa palabra en años, pero al parecer en los ochentas era muy popular. En 1989 se estrenó una película protagonizada por Alfonso Zayas, Hugo Stiglitz, Lina Santos y César Bono, titulada 3 lancheros muy picudos . Y en 1981 nació en la colonia Del Valle la taquería Los Picudos , según cuenta su menú de papel, en el que también se aclara que no tienen sucursales –no como “El Paisa” 4,578 de la ciudad–.
Los más finos
Recuerdo la primera vez que visité esta taquería , en el primer piso solo había barras para recargar el plato y “el chesco”, y el sentimiento de quinceañera era inevitable, pues el humo que emanaba de la parrilla te hacía sentir como quinceañera. Solo faltaba ponerle traje a los taqueros para que se identificaran como chambelanes. Para los que no tenían ganas de bailar el vals con su taco, solo tenían que subir unos cuántos escalones para sentir la comodidad de la mesa –por suerte que aquí no había cubas rebajadas ni parientes impertinentes–.
Foto: Diana Féito
Tras la pandemia, llegó la opulencia. Nunca se ha dicho que esta taquería es barata, es más, en un video publicado hace siete años, el dueño asegura que su taco es un taco fino, o sea, estos tacos no los tiene ni Obama, ni el omakase de Pujol. Pero más allá del aumento de precio provocado por la inflación, los platos dejaron atrás la melamina y se vistieron de cerámica, la banqueta ahora exhibe mesas, y hasta un par de elementos de seguridad se encargan de custodiar tu comida.
Adentro todo permanece igual. Entrando a la derecha, se erige una montaña de carbón con su respectiva parrilla bien empotrada y el maestro taquero detrás, a un costado, la tabla donde se pica la carne antes de ser arropada por su tortilla y al fondo, el aparador cervecero que siempre me compete –también hay refrescos–. A la izquierda y como estatuas de marfil, tres colosales molcajetes de donde salen las salsas: verde, roja y pico de gallo. Seguido de una olla de barro con frijoles siempre calientes gracias a su incandescente piso de carbón.
Foto: Diana Féito
Sin importar cuántos años pasen por aquí, el taco es leal, apapacha, estimula y alimenta el alma. El volcán de bistec es pequeño, crujiente, tiene la porción de queso adecuada para rociarle salsa verde –que no pica, pero le da buen sabor–; unas gotas de limón redondean la tercia de bocados que dura; es como las papas Sabritas. Las cebollas tatemadas son gratis, no las ofrecen, pero tampoco las niegan. El de chile poblano con queso es una oda –en miniatura– al quesillo, un par de tortillitas abrazan al taco, salsa roja y está listo para comer.
- Como menú secreto de conocida cafetería, pide la salsa especial: verde, roja, pico de gallo, habanero y todo al comal para asarse brevemente.
Foto: Diana Féito
Me salto la quesadilla especial con pan árabe, la sonriente mesera asegura que es popular, pero está muy llenadora e hipócritamente pido una cerveza light para bajar la comida. La trilogía sagrada de tacos versa: bistec con tocino, costilla y chuleta, que nada más llegando a la mesa, reciben un anaranjado baño de salsa especial que esta vez no pica. Me quedo con el de costilla. No sabía que había postre hasta que veo una mesa banquetera con un flan, quiero uno. Lo termino, pago y me voy caminando con el aroma a carbón impregnado en la ropa, que se sepa que comí tacos , yo feliz.
Los Picudos
Dirección:
Moras 230, Col. Tlacoquemecatl del Valle.
Horario:
lun-dom 13-23:30 hrs.
Promedio:
$270
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