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El ajo es uno de los ingrediente que no debe faltar en tu cocina, ya que mucho de los platillos lo necesitan para complementarse. Sin embargo, cuando muchas personas observan que algo verde brota de los dientes deciden desecharlo.
Esto verde que observas en tu ajo es el germen , el cual está justo en el centro de los dientes de ajo . Y aunque su aspecto puede verse desagradable, no deberías de tirar ese ajo, puesto que todavía puede brindarte el sabor que necesitas.
Para evitar que desperdicies tus ingredientes, en Menú te contamos qué debes hacer si al ajo le sale un tallo verde.
Foto: Couleur / Pixabay
Datos sobre el ajo
El ajo es una planta que proviene de la familia de las liliáceas, misma que las cebollas, puerros y espárragos. Su origen proviene de Asia Central , pero es común en muchos países alrededor del mundo.
Hay información que apunta al ajo como energizante en la alimentación de las personas que ayudaron a construir las pirámides de Egipto. En Grecia, los atletas comían ajo antes y después de cada competencia para tomar energía . En otras civilizaciones, como la romana, la usaban como antiparásitos ; y durante la Primera Guerra Mundial era usado como desinfectante de heridas .
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Dentro de sus valores nutricionales están los minerales como el yodo, fósforo, potasio; y vitaminas, especialmente la B.
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Sobre el germen del ajo
En caso de que abras la cabeza de tu ajo, tomes un diente, lo piques y ves que tiene algo verde, esto es el tallo y significa que está germinando. No necesariamente está dañado, pero sí es necesario tomar algunas precauciones porque podría afectar su sabor.
El germen brota después de tres meses de la cosecha del ajo, pero también depende mucho de las condiciones de conservación. Esto significa que el ajo puede usarse para sembrarse, pero también refiere a que sus propiedades han cambiado.
Por ejemplo, un artículo de la revista Journal of Agricultural and Food Chemistry explica que los ajos germinados presentan enzimas naturales que aumentan su actividad como antioxidante , ya que sirven para que la planta crezca con más fuerza y salud.
Foto: congerdesign / Pixabay
Del mismo modo, según un estudio de la revista Acta Biochimica Polonica , los ajos con tallo pueden ayudar al endurecimiento de las arterias por un poder inflamatorio.
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Pero no todo es miel sobre hojuelas, puesto que es recomendable cortar los tallos de los ajos, ya tanto el sabor y el olor aumentan, y termina por amargar las comidas . Además, es bueno retirar el germen para que el ajo sea más digerible . Sin embargo, algunos cocineros prefieren dejar los tallos para potenciar el sabor del ajo; aunque en realidad todo depende de los gustos de cada persona.
Y si quiero plantar ajo
Ahora bien, si en definitiva decides desechar los ajos germinados, lo que podrías hacer, en lugar de tirarlos, es plantarlos en tu casa.
Foto: Shelley Pauls / Unsplash
Primero, pon los dientes o la cabeza germinada en un vaso de cristal. Sirve un poco de agua para que cubra la parte donde están las raíces de los ajos. Deberás cambiarla cada vez que la veas un poco turbia. Colócalos en un lugar soleado o a media sombra, en poco tiempo comenzarán a florecer las raíces y tallos.
Cuando el tallo mida aprox. ocho centímetros, ya puedes recortarlos no más de un tercio. Tras esto, puedes picar los ajos como cebollines y usarlos en carnes, ensaladas o pescados.
En caso de que desees y tienes el espacio de cultivar tus ajos en tierra , necesitas una jardinera o maceta que sea profunda, ancha y que tenga orificios de drenaje.
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Luego, haz agujeros en la tierra e introduce un diente de ajo por cada hoyo, con la parte de las raíces hacia abajo y la zona donde brota el tallo hacia arriba. Lo ideal sería que cada diente tenga 2.5 centímetros de sustrato por encima, 5 centímetros alejado del borde de la jardinera y 12 centímetros entre cada diente. Después del cultivo, riega un poco de agua.
Si la jardinera está en una zona fría, es necesario cubrirla con un poco de paja. En caso de que la temperatura aumente, hay que retirar la paja. El suelo siempre debe estar húmedo, pero sin charcos. Un consejo es que cada tres semanas puedes poner un poco de fertilizante al agua de riego. Cuando el tercio inferior de las hojas estén amarillentas, los ajos ya estarán para ser cosechados.
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