En el mes de septiembre se cumple el 50 aniversario del fallecimiento de Josefina Velázquez de León , cocinera y escritora considerada pionera en la divulgación y enseñanza de la cocina nacional.
La Universidad del Claustro de Sor Juana recordó a doña Josefina con un evento que reunió a Martha Chapa , autora de más de 30 libros de cocina; Cristina Barros , una de las principales promotoras para que la Cocina Mexicana fuera reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO; Sarah Bak-Geller , miembro del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM; y Beatriz Ramírez, doctora en antropología de los alimentos en el Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM.
“Fue un personaje cautivador, una persona de gran relevancia para la cocina mexicana. Yo quisiera destacar el nacionalismo de doña Josefina, el énfasis que a lo largo de su obra hace en el fortalecimiento de la cocina en nuestro país”, comentó la también pintora Martha Chapa.
Velázquez de León dejó un grandioso legado de más de 150 obras publicadas, destacando los títulos “Cómo cocinar en tiempos de carestía”, “Platillos regionales de la cocina mexicana” y “Cocina mexicana de abolengo”.
En sus libros, la originaria de Aguascalientes realiza un recorrido por todo el territorio mexicano y afirma que en cada lugar de la República existen platillos típicos. También buscó aprovechar al máximo todos los ingredientes, para no solo cocinar saludablemente , si no también con buen sazón .
“Doña Josefina busca transmitir a sus lectoras sus conocimientos, quiere que conozcan las costumbres culinarias de México desde las más rudimentarias. Por ello puso todo su esfuerzo para que conozcan sus ingredientes y costumbres”, explicó la investigadora Cristina Barros.
Josefina recorrió el país impartiendo clases de cocina a mujeres y recolectando recetas . Fundó una academia en una casona en el Centro Histórico de la Ciudad de México, donde sus alumnas podían aprender desde la tradicional cocina mexicana, hasta repostería artística y pastillaje. Incluso existió la modalidad de clases por correspondencia.
"Fue una mujer innovadora y revolucionaria para sus contemporáneas. Se implicó en la modernización de la cocina, pero también cultivó esas antiguas prácticas de adquisición de conocimientos. A pesar de tener una gran cobertura nacional, no se perdió en el anonimato. Josefina creó sus academias y permitió que las mujeres tomaran la masa, que vieran, preguntaran y dejaran que Josefina las corrigiera. Es la manera más tradicional de aprender a cocinar", resaltó Sarah Bak-Geller.