Cuando todo cerraba y el miedo era parte del día a día, Martín Marín Amaya decidió abrir las puertas de un nuevo espacio en la Ciudad de México. Así nació Gran Café Victoria el 21 de septiembre de 2020, en plena pandemia. El objetivo no era solo vender café y pan, sino brindar un apapacho a través de la comida, reconfortar y dar un poco de calma en medio del caos.
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Un lugar que nació para abrazar
Desde su origen, Gran Café Victoria fue pensado para ser más que una cafetería. “Queríamos que la gente sintiera ese abrazo que yo sentía cuando mi mamá o mi abuela me cocinaban”, cuenta Martín. Por eso, muchos de los platillos están inspirados en su historia familiar: las gorditas Josefina, en honor a su abuela; los huevos Ana, como los preparaba su mamá; o las bebidas Nicolás y Mauricio, que llevan los nombres de sus hijos.
Aunque en sus inicios se enfrentó a restricciones sanitarias y semáforos cambiantes, el proyecto se mantuvo firme gracias a la calidez del servicio, el cuidado en cada detalle y la conexión emocional con sus clientes. “No se trataba solo de sobrevivir, sino de estar presentes con una propuesta honesta y cercana”.

Café, pan, vinos y mucho corazón
Gran Café Victoria comenzó con el café de especialidad como centro, pero hoy es mucho más. Ofrece desayunos, comidas y cenas de lunes a domingo, una amplia variedad de pan dulce horneado a diario, cócteles de autor, una carta de vinos mexicanos curada y una atmósfera que combina sabor con música, buena vibra y recuerdos.
En 2022 abrió una segunda sucursal en Anzures, más enfocada en métodos de extracción de café y degustación. Además, Martín ha sumado el servicio de eventos a domicilio, buscando que el apapacho también llegue hasta tu casa. Para 2025, ya se preparan dos nuevas sucursales que extenderán esta experiencia por otras zonas de la CDMX.

¿Qué comer en Gran Café Victoria?
- Desayuno: Gorditas Josefina + café de especialidad
- Pan dulce: Dona de azúcar (la primera que probó Martín en su infancia) o el danés de guayaba
- Comida: Filete de res o pasta fresca con vino mexicano del Valle de Guadalupe
- Cena relajada: Un cóctel de autor con buena música y ambiente
- Domingo en familia: Desayuno a cualquier hora del día (sí, incluso a las 3 de la tarde)
“Cocinar para otros es compartir parte de lo que eres”, dice Martín Marín Amaya. Y en cada taza, platillo o pedazo de pan que sale de Gran Café Victoria, eso se nota. Porque más que un restaurante, este proyecto nació para abrazar desde la cocina. Y eso, en cualquier época, es una victoria.
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