Muchos lo utilizan como un premio o regalo por un cumpleaños, logros laborales, fechas especiales o simplemente porque están muy cansados o tristes y quieren que alguien más cocine y sirva su comida.
No obstante, comer fuera de casa puede agregar 200 calorías por cada tiempo de comida, así como más grasa, sal y azúcar que los alimentos que tú preparas.
Así lo alerta un estudio hecho durante siete años en que se analizó a más de 12.000 personas entre 20 y 64 años, en Estados Unidos.
Profesores de políticas de salud y administración de la Universidad de Illinois, en Chicago, se dieron a la tarea de analizar encuestas federales en las que las personas respondían qué habían comido y dónde durante el último mes, y posteriormente se les pesó y midió.
La investigación, publicada en la revista Public Health Nutrition, señaló que quienes comían en restaurantes consumieron un promedio de 194 y 205 calorías extras por cada tiempo de comida.
Asimismo, ellos ingirieron tres gramos más de grasa saturada y 450 miligramos más de sal por cada comida.
"Estas calorías provienen de porciones más grandes que contienen más calorías, y de más calorías vacías (que no aportan nutrientes) como las bebidas endulzadas con mucho azúcar", explicó, en un comunicado de prensa, Lisa Powell, una de las autoras del estudio.
Powell indicó que, al comer en restaurantes, las personas podrían consumir, en promedio a lo largo de un año, unas 24.000 calorías extras, lo que podría equivaler a un aumento de 2,5 ó 3 kilos en ese lapso.
CON MEDIDA
Especialistas en nutrición consideran que tampoco se debe 'satanizar' el comer en los restaurantes, pero sí debe hacerse con cierto control.
"Uno de los principales problemas radica en que hay restaurantes que sirven porciones muy grandes. En este sentido, podemos consultar la opción de pedir sólo media porción o de compartirla con algún amigo", aconsejó la nutricionista Andrea Navarro.
La experta comentó que algunas personas tienen como norma comer en restaurantes todas las semanas, incluso muchas, por la falta de tiempo, lo hacen todos los días, cuando frecuentar estos lugares debería ser más bien la excepción y no la regla.
"Lo ideal es visitar estos lugares si acaso una o dos veces al mes. Yo sé que para muchas personas que trabajan largas jornadas, el factor tiempo no les deja mucho espacio para cocinar, pero podrían aprovecharse los domingos para preparar los almuerzos de la semana y luego congelarlos", señaló Navarro.
Para los autores del estudio, una buena medida que podrían tomar los restaurantes es decir la cantidad de calorías y nutrientes de cada plato en su menú.
"Esto se exige a las cadenas de comida rápida, pero es necesario tenerlo en todo tipo de lugares que sirvan comida", indica el estudio.