Hay un dicho que dice que no se deben comer mariscos en los meses que no tienen la letra “r”, pero aunque solo es un mito, este surgió a que en esos meses del verano , en épocas en que no existía la refrigeración, los pescados y, sobre todo los mariscos , perdían su frescura y propiedades. Con ello, si se consumían serías presa fácilmente de una enfermedad digestiva.
Lo primero que debemos saber es que los mariscos se dividen en dos clases: los crustáceos, que se encuentran cubiertos por un caparazón duro y tienen patas articuladas, como la langosta, el camarón, el cangrejo, el langostino, la gamba o el bogavante; los moluscos, tienen un cuerpo muy blando protegido por una concha dura de calcio y minerales.
La mayoría de los moluscos son bivalvos, es decir, su concha se encuentra compuesta por dos partes, como las ostras, los mejillones, las almejas o las vieiras. Los cefalópodos también se encuentran dentro de los moluscos y no contienen concha, pero tienen tentáculos, como el calamar, el pulpo o la sepia.
Debemos tener cuidado con los moluscos porque filtran el agua de mar a través de su organismo para alimentarse, por este motivo pueden acumular bacterias y otros microorganismo que son perjudiciales para los humanos.
Los mariscos crudos frescos y congelados pueden contener bacterias como la salmonela y la listeria, y parásitos, lombrices intestinales o gusanos planos.
Es imposible ver, oler o probar cualquiera de esta contaminación, apunta un artículo publicado por South China Morning Post.
Para prevenir la intoxicación alimentaria de los mariscos crudos y para matar las larvas de parásitos, el pescado crudo debe congelarse a por lo menos menos 20 grados centígrados durante 24 horas.
Comer mariscos crudos como mejillones, ostras y almejas es más "peligroso" que el pescado crudo.
Los microbios naturales como la marea roja pueden contaminar los mariscos , que acumulan estas toxinas en su carne, por lo que las posibilidades de contraer hepatitis (inflamación del hígado) son altas, especialmente para las personas con enfermedad hepática.
El Departamento de Salud de Hong Kong advierte que las cáscaras de langostinos se contaminan fácilmente.
Si te gustan los mariscos crudos y no puedes renunciar a ellos, asegúrate de que estén vivos cuando los compres o ve a restaurantes de buena reputación
La Doctora Eliana Reyes, nutrióloga de la Clínica Universidad de los Andes , recomienda comprar pescados y mariscos en lugares autorizados.
Los mariscos deben tener olor fresco y de preferencia encontrarse vivos.
Posteriormente mantener los mariscos a una refrigeración a menos de 5º C y separados de otros alimentos.
Lavarlos antes de consumir y, si se quieren reducir los riesgos para la salud, se recomienda hervirlos por al menos cinco minutos ya que el jugo del limón no cuece los alimentos.
Para que puedas saber cuáles son las especies por temporada, te diremos algunas de ellas:
cigalas, almejas, ostras.
mejillones, almejas, bogavante, langosta, ostra, percebes, cangrejo real.
berberechos, bogavante, langosta, vieiras, zamburiñas, gambas.
centollo, buey de mar, nécoras, camarones, vieiras, almejas.