La papaya pertenece a la familia de las Caricáceas y es una fruta tropical. De acuerdo con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, en nuestro país se producen más de 10 millones de toneladas.
Al momento de comerla, es común que retiremos las semillas, ya sea por su aspecto o porque su sabor no es agradable para todos. Sin embargo, debes saber que cuentan con muchas propiedades y en Menú te decimos cuáles son.
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¿Para qué sirven las semillas de papaya?
Es bien sabido que la papaya tiene muchos beneficios para el sistema digestivo, regula los niveles de glucosa y contribuye a la salud cardiovascular. Más allá de la fruta, sus semillas son comestibles y altamente nutritivas.
Un artículo de la empresa agrícola AllTech detalla que las semillas de papaya poseen propiedades antiinflamatorias y antibacterianas, las cuales son efectivas para impedir infecciones como la salmonella o estafilococo. Además, contienen enzimas que las convierten en un efectivo desparasitante natural.
Al igual que la pulpa, las semillas son ricas en fibra dietética, que fortalece y mejora las funciones de los intestinos, combate el estreñimiento y regula la absorción de grasas y azúcares para evitar el sobrepeso.
De acuerdo con el sitio especializado Medical News Today, las semillas de papaya también contribuyen al cuidado de la piel y su cicatrización (heridas o lesiones), debido a que aportan enzimas proteolíticas (papaína y quimopapaína) asociadas con propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y antisépticas.
Por si fuera poco, son fuente de vitamina C, dicho nutriente fortalece al sistema inmunológico. Y, por ser abundantes en antioxidantes, reducen las probabilidades de desarrollar hipertensión.
Finalmente, para mantener los huesos fuertes y sanos, las semillas de papaya son una gran opción. Ello porque son fuente de proteínas, calcio y magnesio, nutrientes clave para el cuidado del sistema óseo.
¿Cómo consumir las semillas de papaya?
Las semillas de papaya se pueden consumir de distintas maneras: cómelas crudas acompañando la pulpa, combínalas en un licuado o agrégalas a tus ensaladas. Recuerda que tienen un sabor picante con un toque amargo, similar al de la pimienta.
También puedes aprovecharlas como sazonador para tus platillos. Una vez que estén secas, tritúralas hasta que se vuelvan polvo y tendrás un condimento para potenciar el sabor de tus comidas.
¡No las tires a la basura! Son completamente seguras de comer, pero siempre debes consultar con tu médico acerca de su consumo o si existe alguna contraindicación en la ingesta.
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