Por fin llega a su cita anual el esperado Día de San Valentín , el mejor pretexto para celebrar al amor, la pasión, la amistad y la afinidad que todos queremos expresar y exaltar en esta fecha. Diversas maneras de manifestar todas esas emociones y sensaciones se ven y escuchan por doquier el 14 de febrero de cada año, así como las demostraciones de cariño entre los miembros de la familia y los amigos. Sin embargo, en medio de la situación actual y especial de tiempos de pandemia que vive el mundo, es aconsejable no reprimir nuestro afecto, sino abstraerse de demostrarlo a corta distancia, cambiando así la forma de expresar todo ese cúmulo de sentimientos que llevamos a flor de piel.
Se tiene la creencia de que la repostería ha sido siempre un aliciente para curar momentáneamente esos malos ratos que hemos pasado todos o para darnos gusto, celebrar y consentirnos a nuestras anchas con un dulce antojo.
Si bien, el azúcar y el chocolate en muchos casos exacerban las endorfinas que genera nuestro organismo, el postre juega un papel muy importante a la hora de dejarnos envolver por una sensación de gozo y éxtasis puramente hedonista. Sobre todo, en el género femenino destaca una marcada atracción por los dulces placeres que los maestros y maestras reposteras recrean compartiendo esa pasión, casi lujuriosa diríamos, por estos manjares que muchas veces rayan en lo sublime. Recuerdo por ahí que alguien comentó alguna vez que: ‘a las mujeres les encanta ser halagadas con flores, pero si alguien las obsequia con un postre, aún más complacidas y cautivadas se llegan a sentir’.
Para esta ocasión la creatividad y talento de la chef repostera Andrea Vaquero y el ojo experto y conocedor del chef ejecutivo del Brick Armando Acosta , se dejan ver reflejados con una seductora creación dulce y especial que comparten en Menú.
Ellos no le han puesto un nombre preciso a su creación especial para el Día de los Enamorados o de San Valentín, simplemente presentan una descripción de los ingredientes que conforman su contenido: ‘Ruibarbo y fresas maceradas, almendras tostadas saladas, mousse sifón de chocolate caramelizado y un sorbet nitrógeno de ruibarbo terminado en la mesa’. Es así como ellos definen su manera de celebrar al amor.
Al respecto, la chef Andrea lo describe como un mousse ligero de chocolate blanco caramelizado, con notas tostadas, contrastando con la frescura de las fresas y ruibarbos macerados; almendras saladas tostadas que completan la nota de caramelo salado y un helado nitro de ruibarbo para terminar con un postre fresco y goloso a la vez. Sinfonía de tonos rojos se conjugan con rasgos neutros suaves y tenues pardos, que son los atributos particulares que visten a este postre realizado para "expresar amor, armonía, comodidad y desde luego, alegría de vivir para amar y ser amado", como confiesa Armando Acosta.
El rojo nos refiere de inmediato al tono cognoscitivo para identificar el amor, la pasión, el erotismo y la seducción. Armando y Andrea escogieron como el protagonista estelar de la fecha un postre, porque es el toque especial al final de una buena comida o una cena que uno siempre va a recordar porque normalmente nos pone feliz.
Por su parte, Armando añade: "Nos inspiramos en los ingredientes de la temporada frescos que visualmente te apapachan y mezcla de sabores como el chocolate blanco untuoso con la frescura del ruibarbo y las fresas que ofrecen una variedad de sensaciones diferentes. Asimismo, pensamos en combinar texturas, por ejemplo, la de un sorbete de nitrógeno líquido, lo crocante de fresas en almíbar y lo cremoso de un mousse de chocolate. En cuanto a la paleta de colores que manejamos aquí, tratamos de despertar calidez y acompañamiento. Predominan el rojo y los tonos ocre definitivamente".
‘La cocina es un acto de amor, es alquimia pura, cocinas para halagar, para despertar emociones gratificantes. En concreto, la gastronomía es una actividad que exalta el amor en toda la extensión de la palabra’.- Armando Acosta
En esta dulce sorpresa que nos brinda este par de talentos creemos que la imaginación, creatividad y talento para interpretar esos instintos van más allá de la creación de un postre llamativo e ‘instagrameable’, para llevarnos a vivir una experiencia única como las que constantemente están recreando desde su base de operación en el restaurante La Cerrrajería del Hotel Brick ubicado en Orizaba 95 en la Colonia Roma.
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