El nopal es uno de los elementos de la gastronomía mexicana más importantes, el fruto del género Opuntia ficus-indica, es mejor conocido como tuna , de la cual en nuestro país se pueden encontrar muchas variedades.
De acuerdo con la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad ( Conabio ), la tuna es “el fruto maduro turgente y dulce”, del nopal Opuntia, el cual tiene en su cavidad centenares de semillas y su desarrollo lleva de 3 a 6 meses.
Mientras que la tuna ácida, conocida como xoconostli, tiene una maduración más lenta ya que puede durar hasta 6 meses y permanecer por largo tiempo en la planta sin echarse a perder.
Las tunas más comunes en nuestro país son la blanca, amarilla y roja, de acuerdo con la Conabio los nombres son: Copena F1, Amarilla diamante, Crisitalina, Amarilla Miquihuana, Copena Torreoja y Amarilla Plátano.
Las tunas contienen hasta 90% de agua, el valor nutricional es comparable con la manzana y la naranja, esto debido a su contenido de vitamina C, además son buena fuente de calcio, fósforo y hierro, que contribuyen al buen funcionamiento del cuerpo.
Según el sitio del Gobierno de México, la tuna se ha usado no sólo como alimento, ya que también se le atribuyen características como remedio natural para tratar enfermedades estomacales, resfriados, colesterol alto, además de ser un excelente alimento para diabéticos.
En el sitio afirman que diversos estudios hablan de la eficacia de la tuna en la reducción de azúcar en la sangre, la cual se debe a su capacidad para unirse con el azúcar en el intestino.
"Su contenido en fibra, tanto insoluble como soluble (principalmente pectina), permite bajar las concentraciones de glucosa (azúcar) en la sangre (tal y como ocurre con el nopal), incluso pese a su propio contenido en azúcares naturales", explican en El Poder del Consumidor.
Agregan que este fruto del nopal , en sus tipos rojo, púrpura y amarillo tienen la mayor cantidad de antioxidantes, lo que se debe a la presencia de unos pigmentos denominados betalaínas; existen dos tipos, las betaxantinas (que dan el color amarillo-naranja) y las betacianinas (que dan el color púrpura).
Las betalaínas son reconocidas por diversos estudios gracias a sus poderosos antioxidantes naturales, que pueden tener propiedades anticancerígenas, precisan en la página del Dr. Mercola .
La tuna también es conocida por tener compuestos fenólicos y flavonoides, que se asocian con un efecto anticancerígeno.
De acuerdo con un estudio publicado en la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, se observó en pruebas de laboratorio, que el jugo de tuna podría proteger contra el cáncer de colon y próstata.
Esta fruta comunmente se come fresca, aunque la tuna madura se llega a utilizar para la elaboración de jugos, mermeladas, frutas en almíbar y licores; entre otros.
México cuenta con 20 mil productores, el mayor volumen de producción se concentra en los estados de México, Zacatecas, Puebla e Hidalgo y la cosecha se realiza de julio a septiembre, principalmente.