Cada ciudad de México tiene una preparación que la caracteriza. Por ejemplo, podemos hablar de las tortas de tamal o tortas de chilaquiles, en la CDMX; el relleno de puerco, en Acapulco; o las guacamayas, de Guanajuato, por mencionar solo algunos.
En el caso de Tampico (y algunos municipios a su alrededor), cuentan con las tortas de la barda , un antojito que tiene más de 90 años conquistando los estómagos de los lugareños y visitantes.
Fue en 1928 cuando por primera vez se prepararon estas tortas cuyo nombre "de la barda" viene del lugar en el que se comenzaron a hacer: la "barda" que separaba a la ciudad de los muelles y aduana.
En la actualidad, muchos se adjudican la creación de las famosas tortas, sin embargo, cuenta la leyenda que el creador fue el señor José María Bracamontes, quien en su local comenzó preparando tortas rellenas de sardinas, chile, jitomate, aguacate y cebolla. Al principio sus clientes principales eran los trabajadores de los muelles, sin embargo, el gusto por las tortas de sardina fue decayendo y finalmente les añadió los ingredientes que llevan hasta la fecha: pan de sal, jamón, queso de puerco, frijoles refritos, queso amarillo, queso blanco desmoronado, chorizo frito, carne deshebrada, chicharrón guisado en salsa verde picosa y, de guarnición, jitomate, cebolla y aguacate.
El éxito de la nueva "receta" fue tal, que un gran número de personas comenzaron a visitarlas y, también, emularlas. Hoy en día a lo largo y ancho de la ciudad, en cada colonia, puedes encontrar algún puesto o local que vende "tortas de la barda".
Al igual que la carne tampiqueña o las jaibas, las tortas de la barda son actualmente un antojito emblemático de la capital tamaulipeca.