La pandemia provocada por el coronavirus SARS-CoV-2 significó una adaptación tecnológica para las industrias y cambios en los hábitos de consumo para muchas personas. Para la industria vitivinícola en México no fue la excepción; en el año 2020 las estrategias de ventas se restablecieron a través del comercio electrónico, un mercado funcional que salvó de la ruina a varios empresarios y productores.
Foto: RODNAE Productions / Pexels
Mario Cantú Barajas , presidente de Provino Baja California hace un recuento de la repercusión de la pandemia y los esfuerzos que han liberado como gremio. Fue en marzo de 2020 cuando OMS declaró a nivel mundial que a causa del Covid-19 la humanidad padeció una pandemia.
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Las empresas de diferentes giros cerraron, y sus trabajadores enviaban reportes vía remota. Las vinícolas en Baja California también cerraron. Pasaron cuatro meses y el gremio vitivinícola comenzaba la reapertura de las casas de vinos mediante un protocolo de seguridad que el gobierno de la entidad aceptó. Sin embargo, durante ese período, las bodegas de volumen pequeño y mediana producción registraron una disminución de sus ventas hasta de un 80%; el golpe se resentía por la falta de visitantes en las rutas vitivinícolas.
Durante 2020 las fiestas de las vendimias extrañaron a los visitantes. No solo en Baja California , sino en otras zonas como Guanajuato, Coahuila y Querétaro. El funcionario confirma que México perdió una derrama de aproximadamente 1000 millones de pesos, ingresos generados a través de las fiestas vitivinícolas que se llevan a cabo en los meses de agosto; y con ello, la ausencia de empleos formales.
“Tuvimos que seguir cosechando. No se hicieron nuevas plantaciones, ni nada… Estás obligado a vinificar y te empiezas a llenar de inventarios porque no se está desplazando el vin. No había visitas, y con ello una reducción de ingresos.
Foto Edgar Lima Garrido
Por otro lado, muchos de nuestros vinos -de alta calidad- que se venden en el centro de consumo, al estar cerrados, no hubo compras a las bodegas. Empezamos a sufrir esto y por primera vez, muchas bodegas se vieron en la necesidad de vender por e -commerce y a tiendas de autoservicio”, recuerda el actual presidente de Provino.
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Los vinos que menciona Mauricio Cantú , de alta gama, tienen un nicho de mercado muy específico; el equipo de ventas elige tiendas especializadas, por membresías exclusivas de vino y en restaurantes fine dining. Las alternativas estaban cerradas temporalmente. La gente no salía de casa. En este ambiente apocalíptico, el comercio electrónico acaparó las ventas y quienes buscaban caldos para maridar comida casera, comenzaron a descubrir el vino local.
“Se desarrolló toda esta estrategia de vender por E-Commerce, bastante fuerte, con entregas a domicilio. Nos empezaron a llegar muchos pedidos directamente de los consumidores. Empezamos a vender mucho a través de tiendas de autoservicio. Nosotros teníamos una línea de negocio muy definida, donde tenemos algunos distribuidores exclusivos nacionales y por zonas.
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Los distribuidores estaban totalmente parados, porque también muchos de ellos venden vino por importación […] México reaccionó muy fuerte; el consumidor empezó a comprar vino directamente en sus casas”. Sin especificar cifras, las ventas locales y nacionales de vino mexicano creció favorablemente; “A partir del covid, México tiene el liderazgo de la venta en el territorio mexicano. Y es algo que no había sucedido nunca”, comenta el empresario.
Consumo per cápita en aumento
Mauricio Cantú confirma que el negocio de vinos se abrió paso a través de Amazon , una empresa que ha reportado más de 8 mil millones en ganancias. La pandemia interfirió en el comportamiento del consumidor.
La socialización vía remota sugirió que las personas compraran más vino. Vinícolas con producciones que no sobrepasan las 1000 cajas destacaban con promociones en redes sociales, al mismo tiempo que los vinos mexicanos económicos encontraban nichos en nuevos consumidores.
El Consejo Mexicano Vitivinícol a confirma que el consumo per cápita de vino en nuestro país es de 1.2 litros. El presidente de Provino rectifica la cifra, pero además comenta “… es una industria que crecía en dos dígitos anuales […] y por eso -la OIV- tomó en cuenta a México para realizar el Congreso Mundial; porque eso -refiriéndose a la fortaleza en las importaciones de vino y al crecimiento del consumo de vino- no pasa en Francia, no pasa en España, ni Italia. Esto, está pasando en América”.
Foto: Edgar Lima Garrido
Este encuentro internacional está obligando a la industria de vinos de nuestro país a actualizar las cifras del volumen de producción nacional y viñedos activos. La región de Baja California genera -aproximadamente- 36 millones de litros anuales, y concentra el 70% de la producción en México.
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Sin embargo, es precisamente Baja California, una de las regiones con mayor deficiencia hídrica .
“… Un viñedo en estos momentos te está produciendo del 60 al 80% a lo que normalmente te producía porque no tenemos agua […] el sistema acuífero ya lo llevamos a su máxima expresión y no está recuperando porque nos falta lluvia.
Pero, en cuanto se entreguen esas aguas reclamadas a Tijuana, seguramente podremos incrementar la producción”; comenta con una voz esperanzadora Mario Cantú, quien además agrega que en esta región, el gremio vitivinícola es solidario y a pesar de contar con ocho valles en zonas distintas, hay una interconexión, ya sea ofreciendo consultoría, proveyendo con cepas o activando colectivos enológicos; porque -como indica el entrevistado- “independientemente del nexo familiar o empresarial siempre nos ayudamos”.
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