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Quién dice que la comida mexicana —desde antojitos y tacos hasta platos elaborados como mole o chiles en nogada—, no se lleva con vino. Es por eso que la Gaby Petriz, sommelier de Viñedos La Redonda nos comparte sus mejores recomendaciones con maridaje.
" El vino mexicano está hecho para el paladar mexicano. Son vinos con mucho sabor y potencia pero, que a la vez, guardan cierta dulzura. Mi recomendación es que se arriesguen a probar todo el vino que puedan. Que no se casen o se vayan a lo seguro con una sola etiqueta y que conozcan otros tipos de vinos y bodegas. Hay que apoyar al vino mexicano que nos necesita mucho en estos momentos”, señala la experta.
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Moles
Este picosito y especiado platillo tiene tantos sabores complejos que necesita de un vino potente para hacer match perfecto. Gabriela recomienda acompañar unas enchiladas o un mole almendrado o dulzón con un vino tinto con potencia y complejidad de notas. “Un vino como Tinto Ruby o Nosotros Los Mexicanos se lleva de maravilla con los moles dulces o, incluso, un mancha mantel oaxaqueño, platos en los que dominan notas a ciruela, pasas, plátano y especias como la canela”.
Birria y pancita
Los caldos picositos y con cierto nivel de grasa necesitan un vino que pueda equilibrar el sabor de la carne. Es por eso que la sommelier recomienda vinos frescos y de acidez marcada como el Syrah o el Malbec de la Serie U de la Redonda. “Son vinos con un ligero paso por barrica que tienen cierta acidez que equilibra la grasa de la carne. En el caso del Serie U Syrah, también queda perfecto con unos pambazos”, señala.
Pozole y cochinita pibil
En apariencia estos platillos no tienen nada que ver excepto por el maridaje que comparten: La Redonda Rosado Semi Seco. “Este vino es muy versátil y en particular va perfecto con cualquiera de estos platillos. Sin embargo, recomiendo tener cuidado con la cebolla o picante extra ya que su acidez podría matar el sabor del vino”.
Guacamole, cremas y mariscos
Atrás quedó la regla que “dictaba” que los vinos blancos eran únicamente para maridar pescados. En el caso del vino Orlandi Sauvignon Blanc, Gabriela recomienda probarlo con platos cremosos como un guacamole —o cualquier plato con aguacate—, cremas de vegetales o quesos; y mariscos como camarones o cangrejo. “También puede funcionar con unos tacos de rajas con papas gracias a la cremosidad del platillo”, asegura.
Postres
Existe una inmensa variedad de postres y literalmente podemos encontrar un vino para cada uno de ellos, sin embargo, apegándonos a los postres tradicionalmente mexicanos, Gaby tiene un par de recomendaciones en particular. “El típico ate con queso o un postre chocolatoso va de maravilla con un vino complejo como el Tinto Ruby o algún vino de contraste que limpie nuestro paladar de ese dulzor. En el caso de opciones como palanquetas o cacahuates garapiñados, que son postres empalagosos pero tostados a la vez, necesitamos un vino potente para que el sabor de los tostados no lo cubran por completo por lo que recomendaría el Serie U Malbec”, señala.
Para postres hechos con leche, la sommelier aconseja buscar vinos blancos y untuosos a la vez como el Orlandi Sauvignon Blanc. Y, en el caso de helados, también cremosos, pero con notas de frutos rojos, Gabriela aconseja decantarse por vinos tintos y frutales como un Malbec o un Merlot.
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