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Los frijoles son el alimento perfecto si deseas obtener vitaminas y minerales. Si quieres conocer cuál es la manera correcta de limpiarlos antes de cocerlos, en Menú te compartiremos algunos consejos para que perfecciones tu técnica en la cocina .
Los frijoles son leguminosas altamente nutritivas con las cuales puedes crear deliciosos platillos, aunque tienden a requerir de un arduo proceso de cocción, debes saber que antes de ponerlos en la olla, debes limpiarlos correctamente para eliminar los azúcares y almidones que provocan inflamación .
Para comenzar con este proceso de limpieza, The Bean Institute recomienda hacer uso de una charola o recipiente amplio para ver con facilidad cualquier residuo que pueda afectar su cocción. Al poner las semillas sobre la charola debes ir retirando piedras, ramas, hojas e incluso las semillas rotas que encuentres.
El segundo paso consiste en remojarlos bien en el fregadero con ayuda de un colador, el Instituto de Agricultura de la Universidad de Nebraska recomienda hacer este paso un par de veces para facilitar la limpieza de los frijoles .
El remojado es el tercer paso, es necesario dejar remojando las semillas luego de su limpieza , el Instituto de Agricultura de la Universidad de Nebraska menciona que esto elimina los azúcares o almidones que podrían causar molestias intestinales .
Si deseas ahorrar tiempo, la Universidad de Nebraska también sugiere hacer el remojado de los frijoles con agua caliente , esto ayuda a disolver rápidamente los almidones y azúcares que provocan gases. Con esta opción, no requieres dejarlos toda la noche en el agua, sino una hora.
Por otra parte, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) publicó un informe titulado “Legumbres, semillas nutritivas para un desarrollo sostenible”, en cual se explica que cualquier tipo de leguminosa no debe permanecer remojando por más de 12 horas, con ello subraya que lo ideal es un reposo de 8 horas .
Otro consejo para saber que estas leguminosas ya se encuentran listas para su cocimiento es que luego de haber estado bajo el agua, suelen aumentar su tamaño al doble. La FAO también sugiere drenar las semillas y aclararlas con agua de grifo una última vez antes de ponerlas a la olla.