La Reserva de la Biósfera El Triunfo en la Sierra Madre de Chiapas es un santuario natural único en el mundo. Hace muchos años conversé con la directora del Fondo de Conservación El Triunfo (FONCET) para evaluar la posibilidad de colaborar con ellos y los caficultores de la región en el desarrollo de cafés de alto valor.
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Luego de sorprenderme con cada pieza de información que me compartía y de sentirme abrumado por la grandeza y belleza de El Triunfo, hice la pregunta de quien no comprende a cabalidad por qué había el interés de fomentar la caficultura en un espacio que se antojaba preferible mantener intacto. La respuesta, queda claro, se me quedó grabada.
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- Porque es el menor de los males -me dijo sin vacilar.
No sabía si sentirme entusiasmado o preocupado. Siempre he visto el café como un cultivo de alto valor ambiental y social y verlo calificado como “el menor de los males” dejó en mí una sensación de incomodidad.
- Frente a la ganadería y no digamos la minería -continúo ella-, la caficultura es la más amigable de las actividades que podemos realizar para conservar el cinturón de la reserva que protege la zona núcleo.
Y entonces lo entendí.
La amenaza a uno de los reductos de bosque de niebla que aún persisten en el mundo es tal que un cultivo al que le va bien la siembra en ecosistemas diversificados es preferible a otras actividades humanas que simple y sencillamente causan una deforestación de gran escala, como sucede con la ganadería intensiva y no digamos con el gran impacto de la minería en los ecosistemas. Recuerdo que mi incomodidad se trasmutó en ganas de colaborar, porque en esas zonas habitan personas, familias, comunidades, que además de necesitar una actividad que genere ingresos necesitan producir alimentos para ellos mismos y el café es una gran aliado para lograr ambas cosas.
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Desde entonces me he esmerado en impulsar aún más la caficultura de conservación frente a la caficultura de extracción; desde entonces el perfil de sabor de mi taza de café no es tan importante como su limpieza ecológica y ambiental. Claro que disfruto el buen café, pero aún más que provenga de orígenes y fincas que cuidan el suelo, el agua, la flora, la fauna, y en última instancia el clima mundial. Porque eso es lo que está en juego cada vez que tomamos una taza de café.
*Jesús Salazar, mejor conocido como Cafeólogo®️ es mexicano, chiapaneco, médico y filósofo, fundador de Cafeología®️y desde ella se dedica a crear una filosofía y acción para el café.
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