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Teherán.— El gobierno iraní advirtió que no permitirá que el caos se apodere del país, en medio de crecientes protestas por el alza al precio de la gasolina que han dejado un saldo de varios muertos y un millar de detenidos.
El presidente Hassan Rouhani dijo que protestar es un derecho, pero que esto es “diferente de la anarquía”, por lo que el gobierno “de ninguna manera permitirá a nadie crear disturbios o inseguridad”.
También el líder supremo, Alí Jamenei, instó a la población a no unirse a las protestas que, aseguró, son llevadas a cabo por “bandidos” y no por la gente común.
“Nadie debería ayudar a estos insurgentes. Ninguna persona sabia y decente debería apoyarlos”, sentenció en un discurso, en el que dio su respaldo a la decisión gubernamental de incrementar el precio del combustible.
Jameneí afirmó que la medida “debe ser implementada”, ya que fue acordada por los jefes de los poderes Judicial, Ejecutivo y Le-gislativo tras consultar con expertos. La gasolina pasó el viernes de costar 10 mil riales el litro a (0.10 dólares a cambio libre) a 15 mil (0.15 dólares) los primeros 60 litros mensuales y 30 mil (0.30 dólares), el resto.
El objetivo de este incremento es, justificó Rouhani, destinar ese dinero a los sectores más desfavorecidos sin aumentar los impuestos.
Sin embargo, la medida desató el descontento popular.
El gobierno iraní reconoce un muerto en las manifestaciones como consecuencia de un golpe en la cabeza de un contenedor de gas lacrimógeno, pero la cadena Al Arabiya afirma que al menos hay 36 decesos.
En cuanto a los detenidos, se habla de al menos un millar. Unos 100 bancos y algunos edificios de gobierno fueron dañados durante las protestas.
Aproximadamente 87 mil personas acudieron a alguna de las acciones que tuvieron lugar en 53 ciudades, repudiando las nuevas medidas económicas, informó la agencia local Fars.
En Washington, la Casa Blanca condenó al régimen iraní por el uso de la “fuerza letal” contra los manifestantes y “las severas restricciones a las comunicaciones” de éstos, y expresó su “apoyo al pueblo iraní en sus protestas pacíficas”.
