“Tengo que hacer ‘milagros’ porque cada niño gasta 20 pesos diarios en pasajes y con lo que queda comemos”, explica la madre de familia, Mercedes Limón Alvarado, de 35 años de edad.
“Tengo que hacer ‘milagros’ porque cada niño gasta 20 pesos diarios en pasajes y con lo que queda comemos”, explica la madre de familia, Mercedes Limón Alvarado, de 35 años de edad.
Redacción
La mujer platica que en 2014, una organización civil le regaló un predio. Con ramas, troncos y padecería de madera construyeron una choza; para las paredes utilizaron plásticos de color azul y el piso lo dejaron de arena.
Redacción
Una cocineta, un catre con una colchoneta y una hamaca, son todos sus muebles. Los trastes y ropa cuelgan del techo amontonados en bolsas.
Redacción
Esta familia zapoteca no cuenta con una sala, ni comedor, mucho menos un baño, utilizan uno comunitario; tampoco tienen televisor y radio, no poseen electricidad, “aún no tenemos ese lujo”, comenta el padre de familia.
Redacción
Esta familia no recibe ningún apoyo gubernamental, ni federal ni estatal, no están dentro de la Cruzada contra el Hambre, a pesar de que Juchitán es uno de los municipios de la zona urbana que salió beneficiada con este proyecto de Sedesol, y tampoco están inscritos en Prospera.