Leonardo López Luján, reconocido por su labor en el Templo Mayor
El arqueólogo Leonardo López Luján (Ciudad de México, 31 de marzo de 1964) es uno de los principales investigadores de las sociedades prehispánicas del Centro de México, especialmente en torno a la antigua capital del imperio mexica. Este sábado, a las 19 horas, en el Palacio de Bellas Artes, recibirá la Medalla al Mérito que concede el Festival del Centro Histórico de la Ciudad de México.
Un reconocimiento que le halaga al ser otorgado por su ciudad y el centro histórico, el lugar donde ha trabajado gran parte de su vida; pero sobre todo porque, dice, reconoce su labor al frente del Proyecto Templo Mayor, uno de los 10 mejores proyectos de investigación arqueológica a nivel mundial de los tres últimos años.
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“Si algún secreto tiene este proyecto es la continuidad. Lo fundó mi maestro Matos, en marzo de 1978, han pasado 38 años y el proyecto sigue vivo y vigente", dice. En 2009 arqueólogos y trabajadores del INAH trabajan bajo el paso peatonal de la Plaza Gamio para dejar listo el nuevo acceso a la zona arqueológica y museo de sitio del Templo Mayor.
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Durante estas labores, los arqueólogos han identificado diversos vestigios, desde pedazos de cerámica y restos óseos, hasta significativas estructuras y elementos arquitectónicos, la mayoría de ellos relacionados a Huitzilopochtli, el dios de la guerra. Para Luján, en este tipo de proyectos importa mucho la paciencia.
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En cuanto al estado actual del proyecto, el arqueólogo comenta: "Vamos a buscar en el eje central de la mitad sur de la pirámide, al centro de la capilla de Huitzilopochtli, porque es allí donde en el pasado habíamos encontrado cenizas de algunos personajes". Durante las primeras excavaciones fue hallado un cuauhxicalco, una plataforma circular con cabezas de serpiente sobre la que se hacían sacrificios y se incineraban los restos de los gobernantes mexicas.
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El arqueólogo, miembro honorario de la Society of Antiquaries of London y miembro correspondiente de la British Academy, habla de los días en que de niños, él y su hermano, acompañaban a su madre a las excavaciones arqueológicas.
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Recuerda también la primera ofrenda que le encargaron excavar cuando tenía apenas 16 años y cuya interpretación publicó al siguiente año en una revista alemana, hecho que, comenta, le ayudó a encontrar su camino como arqueólogo.
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Por eso, dice, ahora se ve con la obligación ética de dar oportunidad a los jóvenes arqueólogos e investigadores para que colaboren en el proyecto. “Este es un país de jóvenes. Tengo la obligación ética de dar primeras oportunidades.
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Respecto a las oportunidades para jóvenes egresados de arqueología, Luján comento: "El INAH es una gran institución, yo tengo muy puesta la camiseta, pero uno de los grandes problemas es que no le está dando oportunidad a los jóvenes"