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Guanajuato.— Desde que salió a la luz pública el caso Teuchitlán, la angustia se apoderó de Alejandra González Gómez, madre buscadora del Colectivo Desaparecidos Justicia Guanajuato.
“Tengo mucho miedo, angustia, incertidumbre, coraje; son emociones que no sé expresar. No sé explicar estos sentimientos desde el día que supimos de ese campo”, expresa.
Señala que ella, como otras madres, espera la autorización de las autoridades de Jalisco para entrar al rancho y observar las prendas de vestir y accesos localizados en ese lugar.
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“Todos los que estamos buscando a nuestros familiares desaparecidos decimos: ‘¿y si estaban ahí?, lo que habrán sufrido, lo que habrán hecho o lo que los hayan obligado a hacer. ¡Es horrible no saber!’”, comenta.
A punto de derramar lágrimas, comparte que ha buscado a su hijo desde hace un año y ocho meses, cuando desapareció en la ciudad de Guanajuato. En una playera lleva impreso el nombre y el rostro de su vástago.
“Mi hijo se llama Francisco Javier Anguiano González, desapareció el 5 de junio de 2023 y hasta hoy no tenemos respuesta de lo que pasó con él”, dice con ojos llorosos.
Alejandra González carga una cartuchera con marcadores de colores que utiliza en las marchas y movilizaciones del colectivo para escribir mensajes con exigencias a las autoridades, a quienes acusan de no hacer su trabajo.
“No es justo lo que vivimos, las madres que buscan a sus hijos y los hijos que buscan a sus padres. Menos justo es que no tengamos un lugar a dónde ir a llorar por ellos, dónde sacar ese dolor que sentimos”, expresa.
Mar Olvera, representante de Desaparecidos Justicia Guanajuato, quien desde 2015 busca a su hijo Salvador Ramírez, dice que el colectivo realizó gestiones ante la Comisión de Búsqueda de Guanajuato para solicitar apoyo a su homóloga de Jalisco a fin de poder viajar y revisar las prendas y objetos que fueron encontrados en el rancho Izaguirre.
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“Se encontraron 400 pares [de zapatos], imaginen cuántos más puede haber. Es preocupante, es alarmante. Playeras, pantalones; sin embargo, eso no demuestra cuánta gente pudo ser”, señala Mar Olvera.
Asevera que aunque lleguen a reconocer objetos, otra realidad es el tiempo que tardarán las autoridades en esos procesos. “Si aquí se tardan meses, allá va a ser peor”.
Considera que las autoridades de México deben pedir ayuda a expertos de otros países en las investigaciones para que sean exhaustivas y conocer la verdad.
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“Es ilógico que no sepan quién permitía que se hiciera todo eso”, advierte Mar Olvera.