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Culiacán
Julián Zendeja Sánchez sembró en las tierras de su madre, en Chinitos, Angostura, ocho hectáreas de frijol, con grandes expectativas: el año pasado el grano se cotizó hasta en 25 mil pesos por tonelada; sin embargo, tuvo que alojar su cosecha en su hogar, debido a los bajos precios del mercado, que los coyotes han aprovechado para sólo ofrecer 13 mil pesos por tonelada.
Por esa cantidad no recuperaría los 197 mil pesos que invirtió en la producción, por lo que decidió almacenarlo en costales de 25 kilos en la sala de su casa, con el aire acondicionado prendido para conservarlo.
Ello pese al riesgo que corrían sus 12 toneladas y media al estar expuestas a plagas, por no poder acopiarlas adecuadamente, ni fumigarlas por temor a que su familia se intoxicara.
Julián no es el único en la comunidad de Chinitos, a 62 kilómetros al norte de la capital del estado, que guardó su cosecha dentro de su casa o en espacios anexos, en espera de que repunten los precios.
Su vecino, el comisariado ejidal de Chinitos, Rafael Manzo Barriga, guarda en su vivienda las casi 14 toneladas que cosechó desde finales de febrero pasado, en espera de un mejor precio, porque sólo en semillas invirtió 3 mil 510 pesos por hectárea.
En esta zona agrícola, los productores ven con desaliento que sus tierras no aportan los rendimientos de antaño en los que una hectárea producía hasta 2.3 toneladas de frijol; ahora fluctúa entre la tonelada 300 kilos y tonelada y media.
Manzo Barriga explica que en la siembra del grano se cubre una cuota de riego por hectárea de mil 112 pesos; 2 mil 800, en fertilizantes; el pago del seguro agrícola, en 2 mil 600 pesos, y la aplicación de semilla por hectárea, 3 mil 510 pesos, entre otros conceptos.
En la misma comunidad, en un cuarto techado, sin ventanas y con abanicos, Agustín Valenzuela conserva desde hace más de un mes cerca de 10 toneladas de frijol, en su variedad de azufrados.
Su trabajo entre los surcos, por más de 13 meses, no le refleja ninguna ganancia, su frijol no tiene precio y tiene encima los vencimientos de sus créditos con la financiera que lo respaldo, con 16 mil 500 pesos por hectárea.
Junto con otros pequeños productores, Zendeja Sánchez contrató un tráiler para llevar su grano a una bodega del valle de Culiacán, para su conservación en condiciones óptimas, en espera de que funcione el esquema de pignoración (dar en prenda) que se abrió para entregar su grano.
En breve, el ascenso de la temperatura obligará a los pequeños productores que tienen sus cosechas en sus casas a ceder a la presión de los coyotes o enviar su producto a bodegas, como hizo Julián, con un costo de 100 pesos por tonelada, en espera de que reaccione el precio.
La desesperación. Zendeja Sánchez se convirtió la semana pasada en un hombre muy popular; su imagen, tirado sobre la carretera Benito Juárez, sometido por policías, con la bota de uno de ellos en el cuello, se divulgó ampliamente en redes sociales.
La desesperación lo llevó acompañar a su madre y cientos de campesinos a pretender tomar la caseta de peaje como medida de presión para que los acopiadores reciban sus cosechas, al precio pactado de 16 mil 250 pesos por tonelada.
El exceso de fuerza exhibido por el grupo antimotines obligó a la Secretaría de Seguridad Pública del Estado a abrir una investigación interna, pero a él, dice, no le interesa presentar una denuncia, puesto que está concentrado en la venta de sus granos.
El problema. Las siembras de 78 mil 234 hectáreas, en el ciclo Otoño-Invierno aportaron cerca de 100 mil toneladas de grano, pero a juicio de acopiadores y agricultores, las importaciones saturaron los mercados tradicionales de consumo y por ende el precio se desplomó.
En las grandes cadenas comerciales, hasta hace dos semanas el frijol negro y pinto que se cosecha en Nayarit y Zacatecas llegó a costar 38 pesos el kilogramo, sin embargo, se vieron obligadas a ofertarlo a mitad de precio, ante la venta al menudeo en 20 pesos el kilo.
Las autoridades estatales implementaron un esquema de pignoración de 50 mil toneladas de la cosecha reciente, con aportaciones de garantías líquidas, para sacarlas del mercado, en espera de que esto ayude a que se reactiven los mercados y los precios repunten.
Noe Rocha, productor privado de Chinitos, del módulo de riego 5-1, cuyas aguas encauzadas por el canal Humaya irrigaron 4 mil hectáreas de frijol, observó que el esquema de pignoración no funcionó este año.
Los acopiadores se resisten a recibir el grano, a razón de 16 mil 250 pesos la tonelada, aduciendo que los recursos federales de apoyo a este esquema no fluyen con la rapidez que se requiere y ellos no pueden financiarlos.
Pese a ello, el secretario de Agricultura y Ganadería del Estado, Enrique Habermann Gastelúm, afirmó que en un barrido por las zonas productoras sólo se detectó que escasas 2 mil 500 toneladas de frijol cosechado entre enero y febrero se encuentran almacenadas en casas.
Ofreció que en la primera semana de abril se reactive el acopio del grano en bodegas, con el esquema del pago de 16 mil 250 pesos por tonelada, para sacar de los hogares el producto almacenado de forma irregular.
Los registros de cosechas ubican que en el ciclo otoño invierno 2015-2016, con una superficie de 64 mil 197 hectáreas, se obtuvieron 102 mil toneladas de frijol, cuyo precio fluctuó entre los 21 y 23 pesos el kilo. Un año después, la producción alcanzó las 140 mil toneladas y el mercado fue atractivo para los hombres del campo, que alcanzaron hasta 25 mil pesos por tonelada de su grano.