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Decenas de miles abarrotaron este jueves el primer cuadro de Guadalajara para participar en la protesta convocada por la Universidad de Guadalajara para exigir que el gobernador Enrique Alfaro respete la autonomía universitaria y devuelva 140 millones de pesos que se tenían asignados a la construcción del Museo de Ciencias Ambientales en el Centro Cultural Universitario.
Según las autoridades universitarias fueron alrededor de 103 mil personas las que acudieron al llamado, según el gobierno de Jalisco, fueron poco más de 46 mil personas las que desbordaron la Plaza Liberación y las calles aledañas.
Fueron cinco contingentes los que partieron desde distintos puntos de la ciudad hacia el centro tapatío, por lo que varias vialidades fueron cerradas y se suspendió el servicio de transporte público por donde pasaban los manifestantes, lo que prácticamente colapsó la movilidad en el centro de la ciudad durante más de cuatro horas; sin embargo, la marcha transcurrió de forma pacífica y hubo saldo blanco.
Antes de que iniciara la movilización, el gobernador Alfaro salió de la ciudad para realizar una gira de trabajo por algunos municipios de San Martín Hidalgo, Ameca, Guachinango y Mixtlán, no obstante la presión de su administración y sus aliados sobre la universidad se hizo sentir desde temprano con la publicación de un desplegado firmado por ocho de los nueve alcaldes de los municipios metropolitanos (el único que no firmó fue el emecista Juan José Frangie, edil de Zapopan, donde se construye el Centro Cultural Universitario, el más ambicioso proyecto del exrector de la UdeG, Raúl Padilla).
En su desplegado, los presidentes municipales anunciaron la suspensión de los apoyos para actividades no sustantivas de la Universidad de Guadalajara y condicionaron el regreso de éstos a que las autoridades universitarias cambiaran de actitud: “Hemos decidido suspender el apoyo a todo tipo de proyectos no sustantivos de la Universidad de Guadalajara hasta en tanto cesen las presiones contra los poderes públicos del Estado”.
Unos minutos antes de que los contingentes comenzaran su marcha, la universidad denunció un boicot por parte del gobierno del estado mediante la Policía Vial, que obstaculizó la entrada a la ciudad de por lo menos la mitad de los autobuses que transportaban estudiantes y profesores desde distintos municipios del estado.
El vicerrector ejecutivo de la UdeG, Héctor Raúl Solís Gadea, acusó que los agentes viales impidieron que los autobuses llegaran a recoger a los universitarios, especialmente en la zona Sur de la ciudad como Tlajomulco, Santa Anita, Toluquilla y en el Norte, en las inmediaciones del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA) .
Ante esta situación, los universitarios buscaron llegar por distintas vías a la Plaza Liberación o de plano se manifestaron en otros puntos de la ciudad, como la comunidad del Centro Universitario de Tlajomulco, que se congregaron frente a la sede del gobierno municipal de Tlajomulco, cuna del alfarismo, para gritar consignas contra el mandatario; o los alumnos de la Preparatoria de Santa Anita, que al no poder entrar a la ciudad bloquearon por algunos minutos los carriles de la prolongación López Mateos.
Alrededor del mediodía, el rector de la UdeG, Ricardo Villanueva, arribó a la Plaza Liberación a la cabeza del grupo que marchó desde el edificio administrativo de la Universidad –“no estás solo”, le gritaban– y ahí subió al templete desde donde varios miembros de la comunidad universitaria criticaron al mandatario estatal.
“Las universidades siempre hemos sido incómodas para los poderosos e insoportables para los autoritarios, somos insoportables para Enrique Alfaro. El mundo ideal de un gobernante autoritario, sería que todos obedecieran el tronido de sus dedos (…) Lo que hicimos los universitarios para ser los malos de la película fue levantar la voz ante la violencia que se vive en Jalisco, por indignarnos ante las desapariciones que padecemos todos los días (...) por defender la legalidad, por defender la división de poderes y defender 140 millones de pesos para el museo más importante que se está construyendo en México”, dijo Villanueva.
A unos 130 kilómetros de distancia, en el municipio de Guachinango, el gobernador Alfaro negó que desde su administración se intentara boicotear la manifestación, aseguró que está por terminar la era del “grupo de pillos” que tiene secuestrada a la universidad y que “las patadas finales de Raúl Padilla y su camarilla”, le tienen sin cuidado.
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afcl/acmr