Más Información
Secuestran y asesinan a delegado de Unión Regional Ganadera en Sinaloa; su cuerpo presenta huellas de tortura
VIDEO: “¡Qué violenta!”, grita Noroña a senadoras; Jucopo ordenó retirar mampara del Senado lo que provocó jaloneos
Pifia ortográfica se cuela en transmisión del debate sobre CNDH; “Dictamen a discución” pasa desapercibido en Canal del Congreso
Trump designa a Elon Musk al frente del “Departamento de Eficiencia Gubernamental”; buscará eliminar regulaciones excesiva
Juchitán.— Desde 2004, el grupo español Preneal llegó al Istmo de Tehuantepec para desarrollar proyectos eólicos gracias al potencial de los vientos, enfocó sus energías en la Barra de Santa Teresa, en la zona de San Dionisio del Mar, donde tenía intención de colocar 102 aerogeneradores y 30 más en Santa María del Mar, agencia de Juchitán de Zaragoza.
El parque eólico San Dionisio se extendería en una sola fila, a lo largo de 27 kilómetros, en un brazo de tierra conocido como Cabo Santa Teresa. Pero se cometió un error en el proceso: no se ofreció la información adecuada a los pueblos y se entregaron los apoyos por el cambio de uso de suelo al presidente municipal de San Dionisio en 2011, recurso que no informó al pueblo, lo que desató el levantamiento de los indígenas huaves y que desconocieran los contratos con la empresa.
Debido a los conflictos, Preneal vendió en 2011 sus dos proyectos: Energía Alterna Istmeña, S. de R.L. de C.V. y Energía Eólica Mareña, S.A. de C.V., por 89 millones de dólares (63.2 millones de euros) al consorcio Mareña Renovable, integrado por el grupo empresarial mexicano Fomento Económico Mexicano (FEMSA), el Fondo de Infraestructura Macquarie México (FIMM) y la sociedad Macquarie Capital.
Así que nuevamente el proyecto se vendió y lo adquirió la empresa Energía Eólica del Sur, conformada por un conglomerado que encabeza la empresa japonesa Mitsubishi Corporation, que logró el permiso de autoabastecimiento en 2015, mientras se realizaba la consulta indígena al pueblo de Juchitán.
La empresa logró ser aprobada en la primera consulta indígena que se realizaba en el país en 2014 , pero mil zapotecas interpusieron un amparo ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) para que se cancelara el proyecto.
El argumento para pausar la obra se centraba en que la consulta no fue previa, libre, informada, de buena voluntad ni culturalmente adecuada; sin embargo, la SCJN falló a favor de la empresa.
Hoy la empresa generará 396 megawatts para 18 empresas socias, como Oxxo, Cervecería Cuauhtémoc Moctezuma, De EFA, Embotelladora Cimsa, Farmacias de Mazatlán y se tiene planeado expandir a nueve empresas más.
La energía producida por los parques eólicos es completamente segura y no afecta la salud.