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Oaxaca de Juárez.- A un año de la instalación en la Ciudad de México del plantón de desplazados triquis de Tierra Blanca Copala, en la Mixteca de Oaxaca , mujeres y niños bloquearon por varias horas la esquina de Eje Central con Avenida Juárez, en el Centro de la capital del país.
Mujeres que forman parte de las 143 familias desplazadas de su comunidad recordaron en un mitin la serie de acciones violentas que sufrieron a manos de un grupo de personas armadas, quienes entraron el 26 de diciembre de 2020 y desataron una serie de balaceras a lo largo del pueblo, con saldo de cuatro muertos y varios heridos, entre ellos tres niños.
“No sabíamos que la comunidad estaba sitiada por los paramilitares, toda la balacera venía a la comunidad, las personas estaban espantadas porque no conocían eso; se fueron saliendo como pudieron. El 28 fue el día en que salió la mayor parte de la comunidad, porque no paraban la balacera; nos refugiamos en Yosoyuxi Copala”, recuerda Venustiana López, educadora, en entrevista con EL UNIVERSAL .
López señala que en diciembre pasado sostuvieron la última reunión con las autoridades del gobierno estatal; en dicho encuentro, funcionarios se comprometieron a hablar con los dirigentes del Movimiento Unificado de Lucha Triqui (MULT), a quienes los desplazados señalan como responsables de las agresiones armadas.
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El acuerdo, afirman, era que dicho encuentro se produciría en la primera semana de enero; no obstante, “ahorita ya estamos por terminar enero y nada. Nos tienen en espera”.
Venustiana López perdió a una tía y dos tíos, los tres adultos mayores, en dos de las agresiones sufridas por esta comunidad el 26 de diciembre de 2020 y el 17 de enero de 2021; tras esta última agresión, los cuerpos de sus tíos Marcelino Ramíres y Tomás Martínez fueron encontrados descuartizados.
“Hasta ahí nos creyó el Estado que sí pasaba algo en la comunidad”, lamenta la mujer, quien trabajó como educadora durante 15 años en su comunidad de origen, Tierra Blanca Copala, en el municipio de Santiago Juxtlahuaca, de la región Mixteca.
Sin fecha próxima para regresar, tras varios intentos fallidos de retorno, decenas de familias viven a la intemperie, en un campamento que hace las veces de plantón improvisado en una de las vías más importantes de la Ciudad de México.
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“No nos queda otra más que aguantarnos, el frío está tremendo, hemos pasado granizo, bajo lluvias, de todo nos ha pasado, pero nos aguantamos porque queremos regresar a nuestra comunidad”, explica Venustiana.
Considera que el origen del conflicto se debe a que Tierra Blanca es un pueblo grande, que por lo tanto recibe una cantidad considerable de recursos federales por el ramo 28 y 33, y que es justo eso lo que quieren las personas que no les permiten regresar a su hogar.
“Esta organización quiere el recurso para ellos, para el líder, ellos están buscando recursos económicos, naturales y peso político. Este pueblo no quiere estar debajo de alguien, quiere vivir así como siempre ha estado, la comunidad estaba sobreviviendo sola, no dependía de ninguna organización ni mucho menos de un partido político, las casillas llegaban a la comunidad y el voto era libre”, recuerda.
Sin un lugar para vivir, viven de los apoyos que dejan los turistas nacionales y extranjeros en el plantón, lo que les aportan organizaciones sociales y las remesas que envían sus familiares que emigraron a Estados Unidos.
“Casi toda nuestra familia o nuestros esposos se encuentran en la Unión Americana; a costa del sudor de ellos, hacemos nuestra casa, mis sobrinos, tíos, y todas estas casas nuevas están en la comunidad; no queremos dejar nuestras casas en manos de ellos, a disfrutar de nuestra casa, de lo que ha trabajado nuestra gente; por eso es que estamos haciendo este movimiento”.
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