San Cristóbal de las Casas.— A los 11 años, doña Rosa Guadalupe —indígena tzotzil— empezó a aprender el oficio del telar de cintura, bordado, dibujo y la venta de indumentaria autóctona que junto con sus hermanas confeccionaban en el taller de la casa de su madre en el pueblo de Zinacantán, conocida como la tierra de los murciélagos.
Apenas terminó la primaria, ya que las mujeres a corta edad son preparadas por sus abuelas, madres y hermanas mayores para esas actividades, y son pocas las que siguen estudiando; mientras que los hombres trabajan en el campo sembrando maíz para elaborar las tortillas que consumirán en sus hogares.
Doña Rosa Guadalupe explica que a las mujeres les toca aportar la mayoría de los recursos económicos para los gastos del hogar, que provienen de la confección y venta de sus prendas, que también es parte de su vestimenta tradicional.

Como su madre y abuela le enseñaron, ahora doña Rosa enseña con técnicas prehispánicas del arte del telar de cintura a sus hijas Juana Morelia, María y Rosa Corazón, en el patio de su vivienda.
En este improvisado taller, las mujeres elaboran vestidos, blusas, manteles, servilleteros, caminos y centros de mesa, camisas, vestido tradicional de novia, así como el poncho del hombre, la capa de la mujer, nahua y faja, estos últimos representan la vestimenta tradicional de este municipio.
La mujer tzotzil platica que el telar de cintura es una tradición y el aprendizaje va pasando de generación en generación, aunque con el tiempo se han ido cambiando los colores tradicionales y modelos de algunas vestimentas.
En cada prenda, las tejedoras de Zinacantán plasman su cultura con bordados en coloridos dibujos de flores como girasoles, alcatraces, crisantemos, rosas, claveles, así como en aves de la región.
No llega el turismo en Zinacantán
En Zinacantán, municipio conocido también por el cultivo de flores en invernaderos, que se ubica en la región Altos de Chiapas, alrededor de 50% de las mujeres se dedica a la elaboración del telar de cintura y el comercio de sus prendas; pero enfrentan una crisis económica por la falta de turismo.
La baja presencia de turistas nacionales e internacionales ha impactado en la venta de ropa autóctona, dicen las mujeres.
Juana Morelia recuerda que cuando se hizo la declaración del estado de emergencia por la pandemia de Covid-19 y, posteriormente, la inseguridad provocada por grupos del crimen organizado que se disputan el territorio chiapaneco, se desplomó la llegada de turistas, afectando las ventas de sus artesanías.

“La estamos pasando mal porque no hay nada de venta, los productos ahí están, si lo sacamos afuera, se despintan con el sol.
“Ahora no tenemos nada de dinero, ahí está nuestra ropa guardada, hacemos muy pocas prendas porque no tenemos para los hilos”, señala con tristeza.
Doña Rosa Guadalupe se queja de que los pocos turistas nacionales que llegan al poblado son llevados a comercios que supuestamente otorgan un porcentaje a los choferes de autobuses que los transportan.
Mientras que el resto de los visitantes que llegan por cuenta propia no se interesan por sus productos y además, no pagan el precio que merece su trabajo.
Indican que, dependiendo de la medida y el tipo de bordado, se invierte de 15 días hasta dos meses en elaborarlos.
“Por ejemplo, una blusa de telar ya con todo el bordado se lleva 15 días para su elaboración, con un costo de 750 pesos; un vestido, un mes, y su costo puede ser desde los mil, mil 500 a mil 800 pesos, dependiendo de la medida y el tipo de bordado.
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“Mientras que la capa tradicional de la mujer tarda un mes, con un costo de mil pesos; el poncho tradicional del hombre tarda dos meses en su elaboración con un costo de 5 mil pesos”, dice Doña Rosa.
Las mujeres artesanas señalan que no cuentan con espacios públicos para vender y sólo durante los días festivos las autoridades municipales les otorgan permiso para que puedan instalarse frente a la iglesia, y es cuando logran comercializar algunas prendas.
También se quejan de la falta de publicidad de la Secretaría de Turismo para impulsar el estado, y solicitan a las autoridades asesoría para vender sus productos a nivel nacional e internacional.
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