Culiacán.— atraviesa por la peor en las últimas tres décadas, lo que pone en jaque a la economía del estado y sume en la desesperanza a los hombres del campo, al prever que no alcanzarán a sembrar ni siquiera las 490 mil hectáreas de granos que lograron en el pasado ciclo Otoño/ Invierno 2024-2025.

Los productores estiman que este año difícilmente llegarán a cosechar 2 millones de toneladas de su principal cultivo: el maíz blanco, del cual, en los buenos años, habían logrado hasta 6.4 millones de toneladas.

En octubre de 2024, con un almacenamiento de casi 5 mil millones de metros cúbicos de agua en las presas de Sinaloa, el Consejo Estatal de Desarrollo Rural Sustentable propuso una siembra de siete cultivos de granos en una superficie de 490 mil hectáreas, de las cuales 295 mil serían de maíz.

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Debido al bajo nivel en las presas, el agua solamente se destina a consumo humano, lo que ha provocado denuncias de robo del líquido. Foto: Especial
Debido al bajo nivel en las presas, el agua solamente se destina a consumo humano, lo que ha provocado denuncias de robo del líquido. Foto: Especial

Ahora se tiene una reserva de agua de apenas mil 94 millones de metros cúbicos en las 11 presas de la identidad, y se estima que difícilmente alcanzará a cubrir 190 mil hectáreas de maíz.

Además, se dispuso el cierre de las compuertas en las presas y concluir las dotaciones para riegos agrícolas, así como dar prioridad al suministro del vital líquido para el consumo humano.

La medida de suprimir las cuotas de riego para cultivos en pie y sólo desfogar en promedio 34 metros cúbicos por segundo de los vasos hidráulicos para el suministro de las plantas potabilizadoras que distribuyen agua a los hogares, ha propiciado denuncias de robo del líquido, a través de sistemas de bombeo.

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Ante la sequía se ha hecho una programación de cultivos que requieren menor demanda de agua, como frijol, garbanzo, sorgo y trigo. Foto: Especial
Ante la sequía se ha hecho una programación de cultivos que requieren menor demanda de agua, como frijol, garbanzo, sorgo y trigo. Foto: Especial

José Ernesto es de familia de ejidatarios del municipio de Navolato, con una larga tradición en las siembras de grano. Señala que con tres años consecutivo de sequía, su misión es mitigar las pérdidas en la inversión en sus siembras de maíz, ante el escaso desarrollo de sus cultivos por falta de riego.

“Si quiero salvar parte de los gastos, voy a enchorizar”; es decir, hacer cortes tempranos para aprovecharlo como forraje de buena calidad, no veo otra forma de salvar la cosecha de este año”, planteó.

“La crisis en el agro va a repercutir hasta en las finanzas del estado y municipios, ya que con la caída en el volumen de las cosechas el monto del cobro del Impuesto Predial Rústico será menor”, explica.

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Para cubrir los riesgos de esta superficie a cultivar, el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, ofreció respaldar con inversiones el rescate de agua, a fin de sembrar 60 mil hectáreas de frijol, 60 mil de garbanzo 30 mil de sorgo y una superficie similar de trigo, entre otros cultivos de baja demanda de agua.

El líder estatal de la Confederación Nacional Campesina, Miguel Ángel López Miranda, señala que la sequía —que se ha agudizado— rompió todo pronóstico deseable.

Consideró que con la reducción de siembras, la producción del maíz blanco será como de un millón 800 mil toneladas, lo que es factible que tenga un precio por encima de los 5 mil 800 pesos la tonelada.

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Expuso que con la ausencia cada vez más prolongada de lluvias, no sólo se requiere de un cambio en las programaciones de cultivos con menor demanda hídrica, sino de fuertes inversiones para la rehabilitación hidráulica a fin de reducir los desperdicios.

“El agua se volvió un recurso codiciado y disputado”, dijo López Miranda, al referirse a denuncias en la zona norte por el robo hídrico destinado para consumo humano, por lo que los alcaldes de Ahome y El Fuerte instruyeron el patrullaje por los canales de conducción a las plantas potabilizadoras.

Pronósticos desalentadores

Ramón Alberto López Flores, secretario Técnico de la Comisión Nacional del Agua, señaló que los nuevos pronósticos para este año son de una buena temporada de lluvia, pero no se puede cantar victoria.

Explicó que para alcanzar una excelente programación de siembras, por encima de las 760 mil hectáreas, se requiere una disposición de agua en las presas por encima de 8 mil millones de metros cúbicos, lo que difícilmente se logrará aun con buenos temporales de lluvias.

Así, la única esperanza para captar más agua en las presas está en los huracanes, con cierta fuerza, trayectoria y características que generen en las cuencas grandes volúmenes del líquido requerido.

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El pronóstico de Luis Armando Becerra, doctor en Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Autónoma de Sinaloa, es que el impacto de la sequía en la actividad del agro en el estado dejará pérdidas por casi 15 mil millones de pesos, lo que significa 2% del Producto Interno Bruto de la entidad.

Desde su punto de vista, la escasez hídrica no sólo se resiente en un recorte en las áreas de siembra, sino que también tendrá un impacto negativo en los rendimientos.

“Ya se vislumbran problemas sociales por disputas de agua, y los programas oficiales de perforación de 40 pozos son paliativos, pues el número de comunidades y poblados que no les llega el agua potable van en aumento”, expuso el investigador.

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Julio Eduardo, quien sembró en forma colectiva 30 hectáreas de maíz banco en el valle de Culiacán, saca cuentas en forma continua por el desarrollo de su cultivo. Estima que sus rendimientos van a bajar a ocho o nueve toneladas por hectárea, por lo que apenas va a sacar para recuperar la inversión.

“Las buenas épocas de hasta 13 toneladas por hectárea pasaron a la historia”, lamenta, y agrega que en esta nueva cosecha, que iniciarán por el mes de junio, apenas se ajustarán para pagar lo que deben a los proveedores.

Con ironía, dice: “Vamos a tener que estar rezando, para que nos peguen, por lo menos, unos dos buenos huracanes”.

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La escasez de agua no sólo afecta a la producción de alimentos, la población resiente los efectos en sus hogares, sobre todo en ciudades como Los Mochis, en el municipio de Ahome, donde los pobladores ya reclaman que hay tandeos y un suministro precario.

En comunidades rurales, de poco más de la mitad de los 20 municipios de Sinaloa, el suministro a los hogares se suspendió desde finales de marzo, por lo que la Secretaría de Bienestar y Desarrollo Sustentable, junto a las autoridades locales, distribuye agua en pipas.

El pasado 14 de abril, el gobernador Rocha Moya solicitó a la Federación la declaratoria de Desastre Natural por motivos de sequía, con el fin de obtener apoyos para contar con plantas potabilizadoras.

En los estudios técnicos que se incluyen en la solicitud se justificó que el estado, desde el 1 de mayo de 2024 y hasta el 31 de marzo de 2025, en los 20 municipios padece una sequía extrema, por lo que se requiere de la declaratoria de emergencia.

En tanto, el pasado 14 de mayo se realizó el Aguatón, que invita a la población a donar agua embotellada para enviarla a las zonas rurales.

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