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Culiacán.— Durante un acto privado, se rindió homenaje póstumo al teniente coronel de Caballería Joel Ernesto Soto, quien fue director de la Policía Estatal Preventiva y perdió la vida de forma violenta al sufrir un ataque sobre la carretera Benito Juárez, en la jurisdicción del municipio de Salvador Alvarado.
Ante sus compañeros y familiares, en el complejo estatal de Seguridad Pública, le rindieron un homenaje y reconocimiento por su desempeño en las corporaciones de seguridad, así como por los resultados en beneficio de la sociedad.
Carlos Alberto Hernández Leyva, subsecretario de Prevención y Reinserción Social, lo recordó como un militar ejemplar y un servidor público comprometido con la institución a la que perteneció, primero como secretario de Seguridad y Tránsito del municipio de Mazatlán, y, posteriormente, como titular de la Policía Estatal Preventiva.
Afirmó que la corporación no bajará la guardia con el homicidio del jefe policiaco, por el contrario, van redoblar esfuerzos para garantizar la seguridad de los sinaloenses. Las autoridades de la Secretaría de Seguridad Pública, compañeros de la corporación y familiares montaron una guardia de honor junto a las cenizas de Ernesto Soto y se hizo entrega de la bandera nacional a los deudos.
Durante el protocolo luctuoso, se llevó a cabo el pase de lista, el grupo elite de la Policía Estatal Preventiva disparó salvas de fusilería y la banda de guerra de la Novena Zona Militar ejecutó el toque militar de silencio.
En su formación militar, Joel Ernesto Soto tomó cursos en la escuela Superior de Guerra sobre género, contra el hostigamiento y acoso sexual, de prevención, en inteligencia avanzada y armas, y estuvo al frente de dos corporaciones policiacas en Sinaloa.
La Fiscalía General del Estado integra una carpeta de investigación en la que coteja su hoja de servicio en las corporaciones, en busca de indicios sobre el origen del ataque en su contra.
En las primeras investigaciones se establece que el jefe policiaco viajaba solo y sin escoltas para no llamar la atención sobre la carretera Benito Juárez, con dirección a Culiacán, cerca de la comunidad de Cerro Bola. Ahí fue atacado con rifles automáticos y, por la forma sorpresiva con la que le dispararon, no alcanzó a tomar su arma de cargo.
Sobre las indagatorias, sólo se conoce que los peritos recopilaron evidencias y testimonios de su asesinato —que fue con dos tipos de armas automáticas—, cuyos impactos se incrustaron en la carrocería y cristales del vehículo que conducía.
