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Tapachula.— Tras horas de angustia y desesperación, Alejandra Gutiérrez, migrante venezolana, se reencontró con su hija, Alexi, de tres años de edad, de la que fue separada durante el operativo violento que realizaron el domingo elementos del Instituto Nacional de Migración (INM) y Guardia Nacional (GN) para desmantelar la cuarta caravana migrante, en el municipio de Huixtla.
Alejandra, quien viajaba en la caravana con su esposo, tres hijas de 13, cinco y tres años, y un niño de 12 meses, además de su madre y hermana, responsabilizó a los agentes del INM por haber perdido a su niña cuando, a jalones y empujones, la obligaron a subir a un vehículo, a pesar de las súplicas de la mujer de que su hija se había quedado en el lugar.
Un joven venezolano protegió a la niña, que se quedó sola en Huixtla, y se puso en contacto con la familia de Alejandra, que se encontraba en Venezuela, para triangular un encuentro y entregar a la menor.
Ayer por la mañana, bajo la supervisión de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y el Grupo de Protección al Migrante Beta Sur, se hizo entrega de la niña.
EL UNIVERSAL entrevistó a Alejandra el domingo, cuando en compañía del grupo Beta Sur buscaba a su hija y culpó a los agentes migratorios de lo sucedido.
“Yo tenía a mis dos niñas agarradas, la de cinco y la de tres años, y a mí me agarraron [los de migración] por una mano y me hicieron que la soltara; les gritaba que me dejaran agarrar a mi niña y no me dejaron”, narró entre llanto y desesperación.
En un video que circula en redes sociales se ve a la mujer arriba de una camioneta de migración gritando que le falta una niña, pero los agentes sólo la empujan, no le hacen caso, cierran la puerta del vehículo y éste se pone en marcha.