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Para que las niñas y niños con problemas de sordera continúen escuchando, en el estado de Nuevo León se implementa desde 2023 el programa “OYE” (Oír Y Escuchar), una acción impulsada por el Gobernador Samuel García y cuyo objetivo es otorgar una segunda oportunidad para escuchar.
Actualmente el programa está cambiando vidas en el estado, ofreciendo hasta ahora 27 implantes cocleares a menores, como el caso de Megan Alejandra, quien a los 4 años su mundo se volvió silencioso luego de que su madre, María Fernanda, se diera cuenta que su hija había perdido la audición.
El programa "OYE" es un modelo único en México, y Nuevo León es el único estado que ofrece atención gratuita a menores con problemas de sordera, desde el tamizaje neonatal hasta la rehabilitación auditiva y psicológica.
En menos de un año, el programa ha realizado más de 21,920 tamizajes auditivos en recién nacidos, detectando 55 casos de hipoacusia. De estos, 27 infantes ya cuentan con implantes cocleares, como el caso de Megan.
Gracias a este programa, en enero de 2024, Megan fue sometida a la operación para recibir el implante coclear. Ahora asiste al Hospital Regional Materno Infantil de Alta Especialidad para seguimiento y terapias.
La Secretaria de Salud, Alma Rosa Marroquín Escamilla afirma que se están cambiando vidas en el estado. “Es una operación muy compleja, pero que puede cambiar la vida de un niño”, explicó.
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El programa OYE no solo cubre los implantes, también incluye estudios diagnósticos, auxiliares auditivos, cirugía, rehabilitación, atención psicológica y terapias grupales.
Está dirigido a niñas y niños sin seguridad social, desde el nacimiento hasta los 3 años 6 meses para ingresar, y hasta los 5 años para realizar la cirugía.
La historia de Megan, quien desde el kínder perdió la audición, refleja el resultado de una segunda oportunidad para escuchar. La menor ahora cursa el segundo año de primaria y se logra comunicar, lo que la motiva a estar feliz por recuperar la audición.
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Su madre recuerda con emoción el momento en que le activaron el aparato: “Le brillaban los ojitos. Llevaba casi dos años sin escuchar… y de pronto volvió a oír. Hasta me dijo ‘ya reconozco tu voz’”, recuerda.
La madre de Megan se ha convertido en una voz de esperanza para otras familias. “Sé lo que se siente no poder ayudar a tu hijo. Uno quisiera darles hasta los oídos propios. Yo les diría que no se cierren, que busquen, que pregunten", dice esperanzada.
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