Oaxaca de Juárez.— Hace más de 100 años unos pescadores encontraron una cruz de madera en el mar muerto de Pesquería Rincón Juárez, una localidad de San Pedro Tapanatepec, Oaxaca. La Santa Cruz, desde entonces, se convirtió en un símbolo de religiosidad para todos sus habitantes, y el medio a través del cual piden abundancia para la temporada de pesca que inició en mayo y se prolonga hasta octubre.

Cada 10 de mayo, fecha en que ocurrió el hallazgo, los pobladores de esta comunidad se reúnen en una celebración en honor al crucifijo con una procesión sobre el mar a bordo de sus lanchas. Es una fiesta, pero también un pedimento para tener una buena cosecha de camarones.

La actividad pesquera en esta población del Istmo de Tehuantepec se ha vuelto insuficiente para sostener económicamente a las familias, muchos pescadores deben emplearse en los huertos de mango de San Pedro Tapanatepec, la mayoría de los jóvenes se inscribieron en un programa del gobierno federal para trabajar por periodos de seis meses en los campos de manzana de California, Estados Unidos; algunos pescadores se van de peones de albañil y algunos emigran definitivamente y sólo regresan eventualmente para las fiestas anuales.

Lee también:

Cuando sacan a pasear a la Santa Cruz al mar, acompañada de otras dos cruces, inicia formalmente la Vela de los pescadores de Rincón Juárez, una festividad de tres días que se puede prolongar hasta por seis días.

“Este año pinta bien”

Jhonny Santiago Benítez se mece sobre la hamaca azul, a sus espaldas el mar; unas mujeres y niños inflan globos para adornar las lanchas. Más al fondo, otras mujeres cortan la carne de res y las verduras para la preparación del caldo. En el área de la cocina se sirve el desayuno a las personas que van llegando.

Este año, Jhonny y su madre Victoria Benítez son el mayordomo y mayordoma de la festividad de la Santa Cruz.

La figura de mayordomo en la comunidad se refiere a quienes se encargan de la organización de la fiesta, lo que representa un fuerte gasto económico. Los demás miembros de la comunidad aportan, ya sea con trabajo, dinero o en especie. Es una muestra de la unidad que existe entre los habitantes.

Lee también:

“Este año pinta bien”, dice Jhonny sobre las expectativas de la pesca del camarón y de peces como robalo, lisa, mojarra, bagre, entre otros. En la víspera de la celebración de la Santa Cruz llovió y esto permitió la primera cosecha de camarón.

“Ahorita tenemos bendición de Dios que está saliendo algo, ya empieza la cosecha de lo que es el tiempo de agua de aquí a octubre; vamos a tener una buena cosecha este año. Hemos tenido bajas también, hay años que de plano no hay nada, se escasea, y los pescadores tienen que buscar otra manera de trabajar porque de la pesca no sale, muchos se van al mango, otros se van de peón, pero siempre el mar nunca lo han dejado”, dice Jhonny.

Lee también:

La procesión sobre el mar

Eloína Gutiérrez Hidalgo y Bernardina Hidalgo se afanan, junto con otras mujeres, en la decoración de una de las lanchas que participará en la procesión y el paseo de la Santa Cruz sobre el mar. Colocan una cruz con palos de ocote en la punta de la lancha, sobre la cual ponen una enredadera con palma de coco en forma de corazón, banderitas picadas y globos.

Las banderitas son las grecas que representan a la cultura zapoteca, los globos escenifican los cuatro puntos cardinales, y las palmas significan no sólo que lo hacen con fe y corazón, sino también con unidad.

Cerca de las 10:00 horas, las personas empiezan a concentrarse frente a la iglesia de Rincón Juárez, una construcción que consiste en cuatro postes de concreto cilíndricos sobre los que se sostienen sus paredes de red metálica y un techo de metal; en su interior hay bancas, y en el centro están en un altar las tres cruces decoradas con flores guiechachi en un altar, y debajo de él rosas y veladoras.

Lee también:

La peregrinación inicia cerca de las 10:30 horas. Jhonny, su madre y su hijo arriban a la iglesia para recoger las tres cruces, acompañados de la banda de música, hombres con máscaras, pelucas y brasieres cubriendo sus pechos, quienes bailan al ritmo que impone la banda. Más que una peregrinación, parece un carnaval. La procesión avanza sobre las calles principales hasta la bahía en la que se encuentran las lanchas y pangas, alrededor de 25, en la que decenas de personas inician el paseo sobre el mar.

En una de las lanchas navega la banda de música, en otra los hombres que prenden los cohetes. Jhonny va en la propia, parado en la punta cargando la Santa Cruz, las otras dos cruces en sus respectivas lanchas.

La música y el tronido de los cohetes acompañan la procesión sobre el mar. Las personas bailan y beben cervezas, algunos sólo agua o refresco, y arrojan los recipientes de plástico a las lanchas para que sus tripulantes luchen por atraparlos.

Lee también:

Las lanchas arriban a la bahía de la Pesquería Guadalupe, otra localidad de pescadores de San Pedro Tapanatepec, ahí desembarcan y caminan hacia la iglesia de esta comunidad, llevan la cruz para una misa y su bendición. Al término, regresan a las lanchas y pangas para iniciar el paseo, ahora a Rincón Juárez, directamente a la casa de Jhonny.

En este trayecto las personas se arrojan agua del mar, una batalla en la que todos terminan empapados, una forma de recibir bendiciones.

De vuelta, en el hogar del mayordomo son recibidos con pozol: una bebida fría y dulce elaborada con maíz machacado, y con un caldo de res. Por la tarde habrá una calenda, y al día siguiente un carnaval en el que participan carros alegóricos, la reina de la fiesta y los capitanes, a bordo de caballos, y en el tercer día, asisten a la celebración de una misa en honor a la Santa Cruz.

Lee también:

Una tradición de 28 años

Aunque la cruz fue encontrada hace aproximadamente 100 años en el océano, sólo se le veneraba y hacían pedimentos. La tradición de pasearla en el mar inició hace 28 años, asegura Luz Areli Algarín.

“Yo tenía 12 años y fui la primera reina de esta festividad; mi mamá Irma Gutiérrez y Rolando Algarín fueron los primeros mayordomos, fueron los primeros en sacar las tres cruces y pasearlas en el mar”, señala.

Areli Algarín menciona que la cruz que fue encontrada por los pescadores hace un centenar de años ya no se encuentra en Rincón Juárez, sino en Las Anonas, una comunidad colindante y que también pertenece al municipio de San Pedro Tapanatepec; “uno de los pescadores que la encontró se mudó a Las Anonas, y con él se llevó a la cruz”.

Únete a nuestro canal ¡EL UNIVERSAL ya está en Whatsapp!, desde tu dispositivo móvil entérate de las noticias más relevantes del día, artículos de opinión, entretenimiento, tendencias y más.

Comentarios