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A más de tres días de haber salido de la Ciudad de México, la primera caravana migrante, conformada en su mayoría por hondureños, se comenzó a disgregar y algunos de sus integrantes han llegado hasta el estado de Sinaloa o la ciudad de Guadalajara, mientras el grueso del grupo arribó a Guanajuato, procedentes de Querétaro.

En Jalisco, a las seis de la mañana de ayer salieron del auditorio Benito Juárez, en Zapopan, las casi 400 personas de la primera caravana que arribaron al estado el sábado.

Las autoridades estatales y municipales los llevaron en camiones hasta la autopista que conduce a Mazatlán, que es el siguiente punto en la ruta de este grupo, y algunos lograron llegar hasta Culiacán.

El grupo se fue separando conforme algunos lograban obtener ayuda de automovilistas o choferes de camiones de carga que los dejaban subir para acercarlos lo más posible al norte.

A la entrada de Tepic, por orden del gobernador de la entidad Antonio Echevarría, policías estatales montaron un operativo para ir reuniendo a los centroamericanos que llegaban a la ciudad y ofrecerles transporte en camiones de pasajeros para trasladarlos hasta los límites con Sinaloa.

La tarde de ayer, un grupo de aproximadamente mil 100 miembros de la caravana comenzó a llegar a Guadalajara para pasar la noche ahí y se estima que hoy puedan llegar otras 2 mil 500 personas.

El gobernador de Jalisco, Aristóteles Sandoval, visitó el albergue instalado en el auditorio Benito Juárez, donde señaló que no se puede ser indolentes ante este éxodo y como hispanos debemos mostrar unidad.

En Guanajuato, otra parte de la caravana llegó en su mayoría al albergue de Irapuato, unos más lograron arribar hasta León y a San José Iturbide. Desde las primeras horas, en la caseta de cobro Querétaro-Celaya, decenas de migrantes hicieron largas filas para abordar los tráileres que iban pasando, para adelantar camino.

“Primero familias, que no falte nadie de la familia, no se separen, todos juntos, hermanos, por favor”, alertaban líderes hondureños.

Las vallas humanas abrieron paso, primero a mujeres, niños y personas de la tercera edad, y luego a quienes pudieran encontrar un lugar en las cajas o remolques de los vehículos.

Elementos de la Policía Federal y de la Secretaría de Seguridad escoltaron varios tráileres y camiones con plataforma, en coordinación con Protección Civil, y mantuvieron la custodia de los centroamericanos desde la caseta hasta los albergues de Celaya, Irapuato, León y San José Iturbide.

El gobierno de Querétaro informó vía Twitter que desde el pasado viernes, 6 mil 531 migrantes atravesaron el estado.

Buscan reagruparse. La segunda caravana se trasladó ayer de Sayula, Veracruz, a la capital de Puebla —a 400 kilómetros de distancia— en aventón que les ofrecieron traileros.

En un primer bloque llegaron cerca de 100 centroamericanos, pero versiones oficiales estiman que para este lunes arribarán mil 700.

La parroquia de la Asunción, ubicada en el norte de la capital poblana, habilitó su albergue temporal con comida y servicios de salud para los migrantes que lleguen a la entidad, mientras que las autoridades hicieron lo propio con el refugio del Polideportivo Xonaca, que se usó en la primera caravana, la semana pasada.

En el viaje de ayer de Veracruz a Puebla, elementos de la Policía Federal resguardaron a los centroamericanos y también tomaron fotografías de las placas para estar pendientes de cualquier incidente en el camino.

Avanzan a Veracruz. Mientras, la tercera caravana migrante se mantiene estancada en Tapachula, Chiapas, con sus trámites migratorios, la cuarta llegó la madrugada de ayer al municipio de Rodríguez Clara, Veracruz.

El contingente de casi 2 mil personas es dirigido por el sacerdote Alejandro Solalinde, fundador del albergue Hermanos en el Camino, quien buscará autobuses para el traslado de los centroamericanos “en un solo viaje” para evitar lesiones y la dispersión.

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