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Oaxaca de Juárez.— Con más de 50 incendios forestales que han devorado más de mil 500 hectáreas de bosques en lo que va del año, aunado a que en la última semana un incendio de copa causó la muerte de cinco combatientes voluntarios, Oaxaca vive una situación crítica para enfrentar los siniestros, ya que requiere de aeronaves de la Secretaría de Marina (Semar) y la Comisión Nacional del Agua (Conagua) ante las complejas condiciones orográficas de la entidad.
Lo anterior lo explica a EL UNIVERSAL Magdalena Coello Castillo, directora general de la Comisión Estatal Forestal (Coesfo), quien detalla que ante la falta de lluvias que vivió el estado durante 2023, los incendios registrados este año se han extendido rápidamente, a lo que se suman condiciones del viento y de la orografía.
Datos oficiales indican que suman en total 51 los incendios que se han registrado este 2024 y mil 737 las hectáreas afectadas, de ellas mil 580 de bosque devoradas por 37 siniestros, y 157 de pastizales, correspondientes a 14. Las regiones más afectadas son los Valles Centrales y la Mixteca.
La funcionaria estatal detalla que han sido cuatro los incendios que por su magnitud han significado grandes pérdidas de bosque e incluso vidas humanas, como el de San Lucas Quiaviní, que inició desde el martes pasado y que causó la muerte de cinco comuneros que combatían el fuego. Al respecto, informa que hasta este lunes se reportó controlado 95%, mientras que el fuego se liquidó en 60%, por lo que desmovilizaron brigadas, para atender otros incendios, mientras que se mantienen actividades de vigilancia y abren brechas para evitar que el fuego se propague.
“Lo que nos impactó mucho fue la topografía, y sobre todo el viento, que propagaba más rápido en algunas áreas el fuego (…) Secretaría de Marina nos ayudó en actividades aéreas y ayer todavía hubo descargas, pero hoy ya suspendió actividades porque hubo turbulencia, precisamente por un sistema de cañadas y picos que hay ahí, lo que hace que se complique el combate”, dice en entrevista.
En el caso de Quiaviní se trata de un poderoso incendio de copa que ha devorado bosques de encino y que con las ráfagas de viento obligó a los brigadistas a retroceder en tres ocasiones. “Lo que se conjuga en estas cañadas es la pendiente, el fuego va escalando por copas y se propaga de manera más rápido, impulsado por el viento”.
Hasta ayer, además del de Quiaviní, en la entidad se reportaban incendios activos en Los Chimalpas (Istmo), que llevaba cuatro días; en San Dioninisio Ocotepec (Valles), atendido por la misma aeronave que trabajó en Quiaviní y realizó tres descargas de agua; en Tonameca, en Mazunte (Costa), y uno más en Juxtlahuaca (Mixteca), pero que se reportó en una zona territorial en disputa, lo que ha impedido que se ingrese para su combate.
Al respecto, la Coesfo detalla que en los incendios en zonas de conflicto, principalmente en las regiones Mixteca y Sierra Sur, no hay condiciones para el combate del fuego, lo que lo complica aún más.
“La situación es crítica, estamos comenzando demasiado temprano el combate de los incendios forestales. En 2023 no llovió y tenemos condiciones de sequía severas, lo que está ocasionando que los incendios sean más explosivos. En los cuatro de mayor importancia, incluido Quiaviní, el fuego se propagó rapidísimo. El panorama no es positivo, porque vienen las temperaturas más elevadas en marzo, abril y mayo”, alerta.
Pese a ello la directora de Coesfo confia que si se cuenta con el apoyo de la población evitando tirar colillas, incinerar basura y evitando las quemas agropecuarias, se puede evitar que los siniestros se salgan de control, pues, según datos de Coesfo, hasta el momento Oaxaca se ubica en el tercer lugar a nivel nacional.