Celaya. — El grado de peligro de un policía en Celaya rebasa el riesgo que se corre en cualquier otro municipio de la entidad y del país.
Del 1 de enero al 6 de mayo de 2024 fueron asesinados 16 oficiales, un bombero y el encargado de las cámaras de vigilancia del C4. En todo 2023 los criminales mataron a 20 agentes y a siete en el año previo.
Sicarios ejecutan a los agentes cuando se encuentran en servicio o los sorprenden desarmados en su día de descanso, al salir de turno, rumbo al trabajo o en sus casas.
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La mayoría de las víctimas son identificadas como “fedepales”, por ser expolicías federales reclutados por la corporación municipal.
Celaya concentra más de 50% de los 29 homicidios dolosos de policías del estado de Guanajuato documentados en lo que va del año por Causa en Común.
Otros agentes fueron asesinados en los municipios de Irapuato, Salamanca, Comonfort, León, Villagrán, Yuriria, Abasolo, Apaseo el Alto, San Luis de la Paz, Villagrán y Cortazar.
Mensajes de intimidación
Manuel Vidaurri Aréchiga, experto criminólogo y penalista, dice que estas muertes no son sólo resultado de una confrontación, sino de ataques directos a funcionarios de policía por parte de grupos criminales que mandan un mensaje de intimidación, para advertir a la autoridad de la presencia y la hegemonía que quieren tener.
Señala que una multiplicidad de factores podrían explicar el nivel de violencia que se ha concentrado en buena parte del país.
En el caso de Guanajuato, indica que la violencia tiene principal presencia en cuatro o cinco municipios de la zona (Laja Bajío), Celaya, Villagrán, los Apaseos, por la presencia de un grupo delictivo asociado con el robo de combustible, con el huachicol, lo que ha ocasionado un incremento en el asesinato de elementos de corporaciones policiacas.
“Evidentemente están en gran riesgo nuestros agentes de policía”, expone Vidaurri.
La visión de las autoridades
El Eje de Seguridad del estado en reiteradas ocasiones ha adjudicado la inseguridad, la violencia criminal y los homicidios dolosos a la guerra entre el Cártel Santa Rosa de Lima y el Cártel Jalisco Nueva Generación.
Jesús Rivera Peralta, secretario de Seguridad Ciudadana de Celaya, señala que grupos criminales buscan seguir delinquiendo, y que la agresión contra los elementos de la policía municipal se deriva de las acciones que realizan las autoridades para combatir a los criminales: “Los grupos criminales que buscan impunidad total siempre van a agredir a quienes están cuidando de la ciudadanía”, expone.
En lo que va de 2024, las bases de seguridad de Celaya han sido atacadas en 30 ocasiones, ya sea con balazos o artefactos explosivos. Además del asesinato de 16 policías, dos de ellos de tránsito, un bombero y el operador de cámaras del C4, al menos otros 13 oficiales han resultado heridos en diversos hechos.
Manuel Vidaurri señala que la violencia que ejerce la delincuencia, pone en riesgo a los elementos, que es gente joven que inicia su vida, que asumen una tarea de gran responsabilidad, riesgo y complejidad, como es la seguridad en Celaya.
“En medio de todo esto está la violencia criminal relacionada con el desarrollo y la fortaleza que han adquirido los cárteles en todo el país, y particularmente aquí en Guanajuato”, agrega Vidaurri, exsecretario académico de la Universidad de Guanajuato.
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Dice que en la función policial, quien desarrolla esas tareas sabe que se trata de enfrentar el peligro, de asumir riesgos, los cuales aumentan enormemente, puesto que las cifras hablan de más de 185 mil homicidios dolosos en el país en los últimos cinco años, de los cuales más de 20 mil fueron en Guanajuato.
“Ahora [los policías] son cazados, son ubicados, atacados directamente, incluso ni siquiera en el marco de una acción policial; tan es así que incluso en el Código Penal del estado se establecieron sanciones muy elevadas para quienes asesinen a un policía, a su familia o personas que estén relacionadas con ellos, en virtud de la actividad laboral que realizan”, indica el experto.
Sin embargo, el incremento de las sanciones tampoco acaba con los homicidios de policías: “Digamos, es que no funciona así el derecho penal. Podrás ponerle las penas más altas que quieras, pero no se ha logrado inhibir tampoco el asesinato de policías. La ejecución, porque no puede llamarse de otro modo”, expone Vidaurri.
Agentes asesinados y desaparecidos
Pese a los homicidios, son nulas las bajas voluntarias de elementos policiales, incluso en el Instituto de Formación Policial está en proceso una nueva generación de jóvenes elementos, asegura María de San Juan Espinosa Bolaños, presidenta con licencia de la Comisión de Seguridad del Ayuntamiento de Celaya.
La violencia también se enmarca en la desaparición de tres policías entre 2019 y 2020.
Desde el 24 de abril de 2019 se desconoce el paradero de la policía Julia Sierra Galván, quien ese día se dirigía a la comandancia norte. Alejandro Peña Vázquez desapareció el 22 de septiembre del mismo año en el relleno sanitario Tinajitas, en donde estaba en servicio y otro desapareció en 2020.
En las primeras semanas de 2022, el Consejo de Honor y Justicia de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de Celaya admitió la desaparición forzada de tres policías, incluso aprobó que sus familias realizaran los trámites legales de declaratoria de ausencia para que pudieran hacer efectivo el cobro del finiquito.
“A nivel estatal, no es lo mismo el policía de Xichú, que el policía de Acámbaro, al policía de Celaya; hay más riesgo aquí por la forma de como se está viviendo, de la forma como ha aumentado la inseguridad”, reconoció Espinosa Bolaños.
En esta ciudad se distinguen dos clases de policías: los “fedepales”, que tienen un sueldo mensual de 30 mil pesos, y los elementos formados en el instituto local, que perciben 16 mil pesos.
En suma, no rebasan los 760 elementos, cifra por abajo de los mil 90 que debería haber en Celaya, con base en la recomendación de la Secretaría de Seguridad del Estado.
“Los elementos de la extinta Policía Federal llegan con otro salario, les doblan el sueldo, porque argumentan que vienen mejor preparados. Me parece discriminatorio”, dice Espinosa Bolaños. Al final, todos están en la mira de los criminales.