Oaxaca de Juárez.— Los últimos minutos que se conocen del paradero de Carlos Tomás Aranda están filmados en un video de seguridad de un hotel de Osoyoos, Canadá, ciudad donde el pasado 7 de julio desapareció este joven de 30 años y de quien a un mes de distancia no se sabe nada ni hay pistas sobre su ubicación.
Lo que sí existe es una serie de irregularidades en el proceso de búsqueda que encabeza la Policía Montada de ese país, corporación que se ha negado a entregar un reporte sobre el caso a la familia.
Al cumplirse un mes de la desaparición de Carlos, quien viajó a Canadá como turista y acompañado de amigos, la familia del joven señala que la búsqueda encabezada por las autoridades canadienses fue una simulación, pues todos los hallazgos que se cuentan hasta el momento han sido resultado de los esfuerzos de los familiares de Carlos, mientras que la Policía Montada se niega a realizar nuevas búsquedas, porque afirma que para ello se necesita al menos una pista, con la que, asegura, no cuenta.
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Octavio Aranda Ortega, padre del joven oaxaqueño, está convencido de lo contrario. Tras enterarse de su desaparición y no encontrar apoyo de las autoridades en un primer momento, viajó a Canadá donde él mismo comenzó la búsqueda
Por cuenta propia, Octavio ha ido hilando los últimos rastros que dejó su hijo antes de esfumarse. Por ejemplo, fue él quien dio con el video de seguridad del hotel, donde se observa al joven agitado y pidiendo ayuda, lo que no consiguió porque no hablaba inglés o francés.
También es él quien insiste en que ante la falta de pistas deben investigarse y llamar a declarar a dos jóvenes mexicanos que estaban con Carlos el día de la desaparición y que dejaron Osoyoos, en la provincia de Columbia Británica, poco después.
La desconfianza de la familia sobre las acciones de la Policía Montada se debe a que, no obstante que el encargado de la búsqueda mostró al padre de Carlos el área que habían cubierto, los amigos del joven negaron que se haya realizado una verdadera movilización de búsqueda.
A ello se suma que hasta el momento la familia no ha tenido acceso al reporte de la investigación de la policía, pues aunque por ley ésta tiene 30 días para entregarlo, solicitaron una prórroga por el mismo periodo de tiempo, es decir, los padres de Carlos deberán esperar 60 días para saber qué acciones se realizaron para hallar a su hijo, lo que les hace pensar que en realidad no existe ningún avance.
“La Policía Montada nos dijo que ya se estaba atendiendo, que lo estaban buscando, e inclusive el responsable nos mostró unas imágenes de dron de lo que había abarcado la búsqueda, pero que no había resultados y uno, pues les cree, piensa que sí lo están buscando”, cuenta el padre de Carlos en entrevista con EL UNIVERSAL.
Sin embargo, cuando la familia comenzó su propia búsqueda y preguntó sobre la movilización de la policía, con sorpresa se enteraron de que nunca hubo tal: “Yo le dije a la policía y al vicecónsul: ‘Necesitamos hacer otra búsqueda’, entonces habían pasado cinco días, les dije que a lo mejor mi hijo estaba tirado, pero estaba vivo”, manifiesta. Es por la inacción de las autoridades canadienses que la comunidad oaxaqueña y mexicana en ese país comenzó a activar la búsqueda de Carlos, y su padre y familiares recorrieron los últimos lugares donde se le vio. A ellos se sumó una asociación que facilitó el apoyo de perros rastreadores, un elemento al que tampoco recurrieron las autoridades canadienses.
Ante la desesperación por la falta de resultados, la familia de Carlos, quien estudió la licenciatura en Turismo y Desarrollo Sustentable en la UABJO, decidió protestar en Palacio Nacional para llamar la atención del Presidente y para que comience a moverse la lenta burocracia de México.
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La estrategia funcionó a medias, pues aunque el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que si es necesario hablará con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, y Relaciones Exteriores tomó conocimiento del caso, la ayuda que ofrecen a la familia por el momento se limita a enviar oficios a las autoridades de Canadá.
Por esta razón la familia insiste en solicitar al gobierno mexicano que se eleve el nivel de atención al caso de Carlos, y que dejen de atenderlo mediante papeleo; en su lugar piden que la canciller Alicia Bárcena sea quien lleve la comunicación con las autoridades canadienses y así pueda realizarse una búsqueda seria del joven.
“Les pido a las autoridades que se pongan las pilas, han hecho caso omiso. Quiero que hagan todo lo posible para que encuentren a mi hijo, es un muchacho bueno, no se vale que las autoridades canadienses no hayan hecho nada. No son gente humana”, finaliza Ana María Monroy, madre de Carlos.