Michoacán.— El Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) lleva a cabo una ofensiva en Michoacán , en la que ha tomado posiciones importantes. El lunes ocupó la cabecera municipal de Aguililla y el martes se reportaron enfrentamientos en Uruapan, todo pese a la presencia del Ejército y la Guardia Nacional .
Adrián, un poblador que alcanzó a huir de Aguililla, municipio en el corazón de Tierra Caliente, relató que el grupo armado entró a la localidad en al menos una veintena de camionetas, muchas de ellas con blindaje artesanal, conocidas como monstruos y equipadas con fusiles Barrett calibre .50.
Señaló que algunas familias alcanzaron a salir de la zona de los enfrentamientos y se fueron a buscar refugio en otros municipios: “Otra vez dejamos todo lo que teníamos: nuestras viviendas, ropa, autos y, en muchos casos, nuestras parcelas y ganado, que seguramente ya están en poder de esos criminales”.
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El habitante se dijo frustrado al ver que las autoridades federales, quienes tenían una base de operaciones en esa zona, hicieron caso omiso de la presencia y ataques del CJNG.
La ofensiva inició el pasado 1 de abril —Jueves Santo—, cuando las células del grupo criminal perpetraron una serie de ataques que dejaron varios muertos en las calles.
La Fiscalía General del Estado (FGE) de Michoacán informó que en esa zona se encontraron ocho cuerpos de personas asesinadas a tiros y decapitadas.
Desde ese día a la fecha, la violencia escaló a tal grado que a diario había enfrentamientos entre el CJNG y sus antagónicos de Cárteles Unidos.
La importancia de Aguililla
Para el consultor en seguridad David Saucedo Torres, esta ofensiva se inscribe en una estrategia general de guerra que despliega el CJNG en varios estados del país para tomar territorios.
“Parece que, finalmente, El Mencho logró, a través de una concentración de hombres, armas y municiones, apoderarse de la cabecera municipal de Aguililla mediante un acto dantesco, con la aparición de cadáveres decapitados, con el objeto de dejar una marca que suele acompañar las embestidas táctico-militares del CJNG”, expuso el analista.
El doctor en Seguridad Nacional por la Universidad Complutense de Madrid reiteró que Aguililla es un municipio muy importante para el CJNG, por ser la tierra de El Mencho.
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Pero, más aún, para desde ahí iniciar un despliegue de sus tropas en próximos días, consolidar ese territorio, establecer otros puntos de narcomenudeo y diseñar nuevas rutas para el trasiego de drogas.
También para arrebatar el control a las policías municipales y crear un perímetro de seguridad para evitar que sus antagónicos recuperen el territorio.
Consideró que, por la táctica ya estudiada del CJNG, una vez que haya consolidado el territorio ganado en Aguililla irá hacia adelante, “porque el Cártel Jalisco Nueva Generación es un ejército que está en marcha permanente y eso implica que en las siguientes semanas aumenten los asesinatos en la región y en el estado”.
Encienden alarmas
Ante el avance del CJNG, grupos de autodefensas de los municipios de Aquila, Coahuayana, Chinicuila, Coalcomán, Los Reyes, Peribán y Tepalcatepec han incrementado su vigilancia.
Habitantes y comunitarios de esos lugares se dijeron preparados ante un eventual avance del grupo criminal.
En la zona donde opera Cárteles Unidos, los lugareños reportaron movilizaciones de sus grupos armados, que intentan blindarse ante nuevos ataques.
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Alianza con Tijuana
El analista Saucedo Torres señaló que uno de los métodos que tiene el CJNG para reclutar gente es a través de falsas empresas de seguridad, pero también, añadió, el cártel maneja un “sistema de franquicias” con el que golpea y negocia con líderes criminales regionales, a quienes les propone una amnistía.
“En este momento, después de haber conquistado Aguililla, lo más probable es que El Mencho haya mandado emisarios a distintas zonas de Michoacán para ofrecer a los líderes regionales que cambien de bando”.
A cambio, el CJNG les perdona la vida, los abastece con armas, municiones y les permite comercializar drogas de diseño, es decir, metanfetaminas.
Además, el CJNG ha formado un ejército de kaibiles (soldados) guatemaltecos. No se trata de migrantes, sino de desertores de élite del Ejército de esa nación de Centroamérica.