Zacatecas.— Desde hace 14 años, el penal varonil de Cieneguillas es un foco rojo dentro del sistema penitenciario de Zacatecas y del país. En este sitio han ocurrido fugas, motines, riñas y masacres por el control y gobierno que buscan en el interior los diferentes cárteles que se han asentado en la entidad.
De acuerdo con el Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria 2022 de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos , Cieneguillas está reprobado, con una calificación de 5.51, principalmente en el rubro de condiciones de gobernabilidad.
En el más reciente informe de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, durante la administración 2016-2022 de la expresidenta María de la Luz Domínguez, se precisó que en los últimos seis años se emitieron 38 recomendaciones a los centros penitenciarios de Zacatecas, en donde se reportaron cuatro fugas, con 22 reos evadidos, 44 riñas y motines, 318 lesionados, 32 homicidios, 18 supuestos suicidios y 24 muertes por enfermedad, incluidos, siete por Covid-19. Hasta junio de 2022, hubo un total de 74 personas muertas; el mayor porcentaje en Cieneguillas.
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Hace dos años llegó a Zacatecas Eduardo Romero Espinoza con una experiencia de más de 20 años en los sistemas penitenciarios estatales y federales, nombrado como subsecretario de Prevención y Reinserción Social del gobierno estatal, para hacer un diagnóstico de la situación de Cieneguillas y las demás prisiones.
En entrevista con EL UNIVERSAL , el funcionario estatal asegura que con las nuevas estrategias y con los traslados de reos a cárceles federales “hoy, la situación de gobernabilidad es diferente a otros años” y adelanta que ya se trabaja en el proyecto de construir un nuevo penal de mayor seguridad en Zacatecas, que debería estar concluido este sexenio.
Sin embargo, Pablo Camacho Sánchez, analista en seguridad y delincuencia organizada, aclara que “es un sueño pensar que los penales estatales puedan ser controlados internamente por los gobiernos, si antes no se controla afuera a la delincuencia organizada. Mientras eso no ocurra está el riesgo del autogobierno”.
Señala que los Ceresos “están avasallados por la delincuencia, son un peligro superior, porque ahí el crimen ha encontrado bastiones para fortalecerse y desarrollar actividades ilícitas”
Explica que los criminales no sólo buscan fugarse, sino tener el control y delinquir desde adentro. Como ejemplo, recuerda el asesinato del juez en Zacatecas, al mencionar que la misma autoridad reveló que su ejecución fue ordenada desde los penales y no descarta que también se hayan ordenado los asesinatos de custodios en esta entidad.
El 9 de enero pasado se registró el primer policía asesinado de 2023; un elemento penitenciario que estaba en su día de descanso y fue atacado a balazos.
Es necesario ver, dice el experto, la nueva realidad de los penales. Ya no sólo albergan “a personas que delinquen de manera circunstancial, que caen en el campo del delito, quienes no son antisociales ni tienen como objetivo dañar ni lastimar a la sociedad, ahora hay verdaderos criminales; perfiles que pueden ser sicópatas, no son empáticos con las víctimas ni con el dolor de los demás y hacen cualquier daño sin miramientos con tal de obtener beneficios y riquezas”.
Insiste en que “mientras los penales sean manejados por los estados hay más riesgo de que se conviertan en sucursales del crimen organizado porque todo su personal directivo y operativo es altamente vulnerable, porque ahí tienen sus raíces, son ubicables y sus familias”.
Concluye que los traslados a centros federales tampoco son la solución, “sólo despresuriza momentáneamente a los penales estatales”. Considera que en México ha fracasado el sistema penitenciario “porque no hay readaptación, cada vez hay más presos y más costosos. No hacen falta más Ceresos, lo que hace falta es menos corrupción”, indica.
Un problema llamado Cieneguillas
En Zacatecas hay tres centros regionales, 10 cárceles distritales y un Centro de Integración Juvenil (CIJ) que, hasta la semana pasada, albergaban a 2 mil 187 internos. El penal varonil de Cieneguillas concentra 50% de esa población, con mil 104 reos. Su capacidad es para mil 200.
Este penal, de mediana y baja seguridad, fue construido hace más de 30 años, pero desde que comenzó el asentamiento de cárteles en la entidad, hace 15 años, las instalaciones han sido vulneradas en diferentes ocasiones.
En 2009, Cieneguillas quedó marcado con la fuga de 54 reos. En menos de cinco minutos, el crimen organizado usó una decena de vehículos clonados de la extinta AFI y la Policía Federal para liberar a sus integrantes.
Otro hecho alarmante fue en agosto de 2012, cuando el crimen levantó a Fabiola Quiroz, de 43 años, la primera mujer que dirigió ese penal, quien meses antes de su desaparición, en una entrevista con EL UNIVERSAL , admitió que “quizá fue la peor decisión que pudo haber tomado”, porque tenía en sus manos “una bomba de tiempo” y “había presiones de grupos delictivos tanto en el interior como en el exterior”. A la fecha, se desconoce su paradero.
El 31 de diciembre de 2019 y el 2 de enero de 2020 se registraron dos riñas entre internos del Cártel de Sinaloa y Cártel del Golfo que dejaron 17 muertos. En mayo de 2020, 12 internos pertenecientes a los cárteles de Los Zetas y del Noreste se fugaron por un túnel de 50 metros de longitud.
La fuga más reciente fue el 8 de octubre de 2022, cuando siete reos huyeron por un boquete, tres de ellos por segunda ocasión. No han sido recapturados.
Un cargo de riesgo
Eduardo Romero Espinoza, subsecretario de Prevención y Reinserción Social de Zacatecas, admite que desde su llegada al cargo han recibido “ciertas intimidaciones” sin precisar qué tipo ni de quiénes, pero asegura que en este tiempo ha logrado “aclarar” a las personas internas de ese penal que “él no es quien va juzgarlos”, sino que llegó para hacer su trabajo “y para hacerlo hay una reglamentación que todos los ppl’s [personas privadas de la libertad] tienen que cumplir”.
Dice que encontró muchas deficiencias en Cieneguillas y una sobrepoblación, con mil 364 internos, pero ha logrado el traslado de 450 a penales federales.
Tampoco estaban separados los procesados de los sentenciados y afirma que, actualmente, ya se logró una separación de 90%, además de mantener la división de internos por grupos delictivos: Cártel de Sinaloa , Cártel Jalisco Nueva Generación , Cártel del Noreste , Talibanes y Cártel del Golfo , así como los reos que no tienen relación con grupos delictivos.
Esta misma separación se ha tenido que aplicar en el Centro de Integración Juvenil (CIJ), donde hay 113 menores.
Eduardo Romero explica que, debido a las condiciones de la población que está ingresando a los penales, se planea construir un penal de mediana a alta seguridad, con el fin de mejorar las condiciones de infraestructura.
Considera que hay condiciones para lograr la readaptación, ya que ha visto que “cuando tienen gente que los espera, se logra esa reinserción con trabajo, capacitación, educación y hasta logran un empleo digno”.
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