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Chilpancingo.— Mario Valle Chávez se la pasa viajando de feria en feria durante el año, organizando a todos los que sirven las cervezas, limpian los baños, recogen la basura, a los que venden los boletos en las taquillas, los que hacen el perifoneo, los que pintan y distribuyen la publicidad, los del sonido, los que montan y desmontan los escenarios, incluso, hasta a los que dan la seguridad en jaripeos y espectáculos.
Junto con Mario van otros empresarios que, en total, suman 400 personas cuyo trabajo es hacer que funcionen los espectáculos de las ferias de Guerrero.
El recorrido lo comienzan en diciembre, en la feria de Navidad y Año Nuevo en Chilpancingo, después de van a Zumpango, Iguala, Ometepec, Marquelia y muchas otras ferias, hasta terminar en noviembre del siguiente año. Son, por lo menos, unas 16 ferias en las que participan.
Sin embargo, este diciembre ese recorrido no arrancará y, tal vez, en el siguiente no se reanude en alguna feria. Desde marzo, cuando se decretaron las medidas restrictivas, Mario tuvo que parar el recorrido y eso implicó que las 400 personas se quedaran sin trabajo. “Nuestro trabajo es así: si hay feria tenemos la posibilidad de trabajar, pero como le vaya a la feria nos va a ir a nosotros”, dice Mario.
La feria de Chilpancingo, la más grande y la más antigua, significaba una esperanza para esos 400 trabajadores, pero el gobierno del estado decretó la suspensión de todas la ferias y celebraciones religiosas durante todo lo que resta del año.
En la feria de Chilpancingo trabajarían en el palenque, en el teatro del pueblo y en los bailes, pero no habrá nada de eso.
Este lunes, Mario —junto con otros empresarios de Chilpancingo, Iguala y Acapulco— pidió al gobernador Héctor Astudillo Flores que reconsidere la cancelación de la feria y le presentó un plan: que la feria y todos sus espectáculos tengan una aforo de 30%, así como la implementación de las medidas sanitarias.
Además de los 400 trabajadores que dan vida a los espectáculos en la feria, hay otros 400 comerciantes que se quedarán sin trabajo, sin contar a los que, de manera indirecta, se benefician de la celebración. Sin embargo, por ahora, la medida está dictada por el gobierno del estado.