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Sentado sobre el asfalto mientras lava las llantas de su tándem, un camión de doble remolque, al tiempo que el sol se clava en su frente y sus manos agrietadas, Juan, quien lleva 30 años como trailero, recuerda el incidente que vivió hace unos meses al circular en la carretera México-Querétaro, donde además de perder una radio, una pantalla, un amplificador y algunas herramientas, estuvo privado de la libertad por más de tres horas.
“Fue la primera vez que sentí una pistola en la sien. Me dicen: ‘¿Quieres que te reviente de una vez?’ Venía encapuchado, mi reacción fue agarrarle su mano y forcejear con él. En la otra puerta del camión tocan el vidrio y era otro cuate con un hacha y abajo estaba otro con un cebollero. Ahí fue cuando dije, me doy, yo coopero”, recuerda.
“Estas son experiencias que muchos vivimos y actualmente están incrementado este tipo de violencia o de crímenes”, agrega Juan, a quien al volante le ha tocado ver de todo.
La autopista de cuota que une a Querétaro con la Ciudad de México, y que pasa por Hidalgo y el Estado de México, guarda sobre el asfalto decenas de historias que dan cuenta de la delincuencia que aumenta día con día. Según datos de la Alianza Mexicana de Organización de Transportistas A.C. (AMOTAC), cada semana se registran hasta tres asaltos a camioneros.
Adolfo Leyva lleva casi 30 años al volante. Mientras espera cargar gasolina en el camión de mudanzas, que dos meses atrás le fue sustraído en un asalto, relata su experiencia entre enojo y sarcasmo: “Me quitaron el camión… con una camionetilla me cerraron el paso y me encañonaron por la ventanilla, cuatro con armas largas”, rememora.
El hombre de 60 años narra que esa tarde, como cualquier otra, se preparó para hacer su rondín cotidiano. “No la debes, ni la temes, ni la esperas. Me golpearon y me llevaron a un cerro”, recuerda.
Pese a los incidentes y a la incertidumbre de lo que hallarán en el trayecto, estos amantes de la carretera no van con miedo ni con algún mecanismo de defensa o arma; la única “es la protección de Dios”.
“Traigas lo que traigas el día de mañana te defiendes y te acusan a ti. De ser la víctima pasas a ser el malo del cuento… y como son las leyes de que los sobornas con alguna cantidad, te cambian la jugada”, argumenta Juan.
Adolfo no identifica un tramo específico donde la inseguridad sea mayor. Para él los más de 175 kilómetros de la autopista representan un riesgo. “No hay puntos rojos, en cualquier punto te asaltan. Hasta en las gasolineras, si te quedas parado, te roban las llantas”, afirma mientras se seca el sudor de la frente.
“De San Luis Potosí hacia el sur es el tramo más inseguro o de focos rojos”, asegura Juan por su parte.
Según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), en 2023 hubo 593 reportes de robo a transporte. Tan sólo en diciembre se abrieron 54 carpetas de investigación.
Originario de Torreón, Juan sólo lleva medio año manejando de México a Querétaro. Mientras clava la mirada en el suelo, dice que no confía en las autoridades. “Llegué con el de la Guardia y a la hora apareció el camión intacto, no pudieron sacarle nada, pero llegó un cuate que es el gerente de la línea y por [no tener] ni un golpe, ni una picada, ni una cortada, ni un balazo me acusaron de actitud sospechosa.
“Para que le crean a uno tienes que decirles a los delincuentes, ‘ya me vas a dejar ir pero ponme un balazo, un cuchillazo, una chinga, nomás no me vayas a matar o tumbar los dientes”, ironiza. “El gerente ahí me bajó, me corrió, ya no tenía ni mis cosas”, lamenta.
“Yo fui a levantar denuncia y el día que fui al Ministerio Público vi que eran más de 10 hojas que tenían lo mismo que yo”, relata el chofer y con la mano hace referencia al volumen de carpetas por asaltos y robos sin resolver.
Según la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga, en 2023 se registraron cerca de 13 mil robos al autotransporte con y sin denuncia. Los productos más robados son hidrocarburos, químicos y ropa, que representan casi 81% de la carga perdida; otro 7% son alimentos.
La semana pasada, tres incidentes encendieron la alerta en la zona. En el primero un chofer fue baleado y asesinado por sujetos armados que lo detuvieron a la altura del kilómetro 60, correspondiente al municipio de Jilotepec. Otro operador fue baleado en la misma carretera tras negarse a frenar en San Juan del Río; uno más fue secuestrado.
Luego de que se hicieran virales videos de esos hechos y ante el alza de asaltos y violencia a transportistas, autoridades informaron del aumento en el número de elementos de la Guardia Nacional desplegados para vigilar la autopista.