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Monterrey.— Los ataques de hombres armados contra seis bares y table dance de la ciudad dejaron cinco personas muertas y cuatro lesionadas, informaron fuentes policiacas y de la Fiscalía General del Estado.
Para trata de ubicar y detener a los agresores, las autoridades de Seguridad Pública del estado y municipal, así como el Ejército activaron el Código Rojo.
Con la participación de unos 200 efectivos de diversas corporaciones establecieron filtros al norte y noroeste de la ciudad (zona de los actos criminales) para revisar vehículos e interrogar a personas sospechosas.
El sábado a las 0:09 horas, en un primer despliegue de presuntos integrantes del crimen organizado, fue balaceado el bar Woman, que se localiza en avenida Lincoln 4608 de la colonia Valle de las Mitras, al poniente de Monterrey, donde fueron heridos la bailarina Cinthia Vega Limón y el guardia de seguridad José Antonio Cruz Morales.
El segundo hecho violento se registró casi a la misma hora en el bar Jecha’s, ubicado en la calle José Ángel Conchello, entre Treviño y Tampico, de la colonia Terminal, en el norte de la ciudad. El tiroteo dejó un hombre muerto, quien permanece como no identificado, y dos heridos.
En el bar Masao, localizado en la avenida Punta del Sol de la colonia Graciano Bortoni, al poniente de Monterrey, fue acribillado a balazos un hombre y otro quedó lesionado. Ambos permanecen sin identificar.
El cuarto atentado ocurrió en el establecimiento Los Rieles, con dirección en avenida Pablo A. de la Garza y avenida Gonzalitos, en la colonia Chepevera. Ahí perdieron la vida Felipe de Jesús Navarro, de 55 años, y Erick Armando Vera Romero, de 31.
También hubo un ataque contra el negocio La Junta, en las calles Anaya y Guerrero, colonia Pedro Larralde, pero no se registraron víctimas; y otro más en el bar Black, que se encuentra en la avenida Lincoln, donde sólo se reportaron daños a la fachada del establecimiento.
Un mes antes. La racha de atentados contra este tipo de negocios hizo recordar la escalada de violencia de la noche del 7 y madrugada del 8 de julio pasado, cuando fueron asesinadas 12 personas y nueve más resultaron heridas en bares y cantinas de Monterrey, Apodaca y Juárez.
En esa ocasión, fuentes de la Agencia Estatal de Investigaciones señalaron que los negocios eran puntos de venta de droga de un grupo del crimen organizado y los ataques los llevó a cabo un grupo antagónico.